Jesús - Pedro - Juan - Santiago - Judas - Malco (alguacil del templo) - Un
tribuno Romano - Un muchacho (puede suprimirse) - La portera del palacio de
Caifás - Dos alguaciles - dos soldados
Figurantes
8 Apóstoles - Alguaciles del Templo - soldados romanos - paisanos judíos
La acción se desarrolla en una calle de Jerusalén y en el patio del Sumo Sacerdote Caifás.
Nota: El ACTO V puede suprimirse, sustutuyéndolo por el EPILOGO,
y así basta con una sola decoración.
Acto Primero
JUDAS |
Hasta aquí he llegado yo, desencantado y deshecho: el Mesías anhelado no es Jesús el Nazareno. (Pausa) Me levanté de la mesa porque resistir no puedo el rigor de unas palabras, que me atruenan el cerebro: |
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- "Se va el Hijo del Hombre: esta ya escrito; mas, ¡ay de aquél, por quien sse lleva a efecto! ¡Más le valiera al tal, no haber nacido!" - ¿Soy por ventura, acaso yo, Maestro? "Lo que tú vas a hacer, hazlo enseguida". - Al instante lo haré, que urge ya el tiempo. (Pausa) En vez de entre estandartes victoriosos y capitanes con liuciente espada sobre un carro de guerra del que tiran cien prisioneros, que rindieron armas, jinete en un pollino enjaezado con mantos y seguido por una asna, por caminos angostos entre olivos, hacia Jerusalén se aproximaba. Unos echan sus mantos sobre el suelo, otros cortan y extienden verdes ramas sobre el camino, a fin de que el pollino, que llevaba tal carga las hollara. Le precedía numerosa turba con ramas de laurel, de olivo y palmas. "Hosanna al hijo de David" -decían- "Bendito el rey, que llega" -otros clamaban-. "Bendito quien en nombre de Dios, llega". "Bendito el reino y, de David, la casta, que nos da al rey de paz, al rey de gloria: es ya realidad nuestra esperanza". "Si vieran este día los profetas..." "Si oyeran nuestras voces los patriarcas..." "paz en la tierra y gñoria en las alturas". "¡Viva el rey de Israel! ¡Hosanna! ¡Hosanna!". "Bendito sea quien venció a la muerte, quien a la tumba, a Lázaro arrebata y lo vuelve a la luz del claro día: nosotros hemos visto como él anda". Los fariseos, entre sí dijeron: "¿No veis que así, no adelantamos nada?, Todo el mundo se va detrás de ese hombre". Y alguno, entre la turba, le increpaba: "Reprende ya, maestro, a quienes gritan". Y el respondió: "En verdad, que si estos callan, levantarán su voz, las mudas piedras". Al divisar la torres y murallas de esta ciudad, sus ojos se entristecen y su boca, desastres anunciaba: "¡Si hubieras conocido en este día, lo que lleva a la paz, que tú rechazas; mas, se ocultó a tus ojos, que están ciegos, como tus mentes duras y obcecadas!" "Porque van a venir días de luchas: Tus enemigos alzarán sus vallas alrededor de ti, por todas partes, y oprimida serás por tal tenaza que contra el hierro estrellará a tus hijos y, contra el suelo estrellará tus casas: No dejarán ni piedra sobre piedra porque no quieres, hoy, ser visitada". (Pausa) Cuando entró en la ciudad, sus moradores conmovidos y ansiosos preguntaban: "¿Quién es ése, que llega triunfalmente entre las multitudes, que lo aclaman?" "El profeta Jesús, el Nazareno" - Las turbas jubilosas, contestaban - El desfió por las estrechas calles siendo aclamado en las abiertas plazas. Y, entre voces de triunfo, entró en el Templo y echó a los que vendían y compraban: a los cambistas, les volcó sus mesas y las sillas quebró y rompió las jaulas de aquellos que vendían las palomas. Y les dijo: "Está escrito que "Mi casa será llamada casa de oraciones" mas, vosotros la hacéis "cueva del hampa"". Entonces le dijeron los levitas ¿Con qué poder, el látigo levantas? ¿Quién eres tú, que en nuestros intereses iracundo y violento nos maltratas? ¿Qué signo nos das tú, que te acredite que con autoridad, tú nos despachas? "Destruid este templo" - les decía - "y lo alzaré de nuevo en tres jorandas". A él se acercaron ciegos y tullidos y los sanó el poder de su palabra. Pero, los fariseos, los escribas viendo aquellos prodigios que él obraba, y oyendo el griterío de los niños, que en el templo, gozosos exclamaban: "¡Hosanna al Hijo de David!", se indignan y le dijeron: ¡¿Oyes lo que exclaman?! Jseús les replicó: "¿No habéis leído: "De la boca, que apenas aún, no habla, de los tiernoss infantes que la leche de la ubre maternal, asiduos maman, te dispusiste elogio"?"-Dejó el Templo, pisó las calles y cruzó las plazas, salió de la ciudad, pasó entre olivos y se albergó en la aldea de Betania. (Pausa) ¿Qué esperaba ese Jesús a declararse caudillo en jefe de la gente hebraica? ¿Por qué no grita:¡En pié, Usrael, marchemos en nombre del Señor , a la batalla!"?... Me voy desegañando del Mesías, que no liberta a su oprimida patria. ¿Se puede sacudir acaso el yugo sin pensar en el uso de las armas?... ¿Es que van a marcharse los gentiles sólo por el temor a las palabras? ¿Para fundir cadenass de ignominia, el calor de boca, acaso, basta?....... ¿Ese era el rey, que había de llevarnos a sojuzgar a las distintas razas?...... Mientras los publicanos le conviden, puede ir gimiendo la nación esclava. |
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JESUS |
Hijitos, que engendré con mi palabra, con vosotros estoy ya poco tiempo. Me buscaréis y ahora Yo os declaro lo mismo que les dije a los hebreos: Donde Yo voy, vosotros no es posible que me sigáis- Un mandamiento nuevoi os doy: Que os améis unos a otros. Cual Yo os amé, que sea vuestro afecto: si os profesáis amor entre vosotros,c conocerán que me seguís, en esto. (Pausa) Todos por Mí, lo habéis dejado todo: mis discípulos sois, me vais siguiendo, parecéis decididos y abnegados....... Todos vosotros, esta noche, empero, vais a sufrir escándalo: está escrito: "Despierta espada, blandirás tu hierro contra el Pastor, varón que es mi asociado, -clama el Señor, que es Dios de los Ejércitos-; hiere al Pastor y, entonces el Rebaño, falto de guía, vagará disperso". Pero, después de haber resucitado, a Galilea llegaré primero que vosotros lleguéis. |
PEDRO |
-Aunque éstos, todos se escandalicen, yo jamás, Maestro, me escandalizaré. |
JESUS |
-Simón, repara que Satanás reclama vuestros cuerpos, para zarandearos como el trigo; mas, por ti, Yo he rogado, Simón Pedro, a fin de que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez estés, sobre ti vuelto, conforta a tue hermanos. |
PEDRO |
-Señor mío ¿a dónde vas? |
JESUS |
-No puedes de momento seguirme a donde voy; mas, tem paciencia: me seguirás después. |
PEDRO |
-¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti. |
JESUS |
-¿Por mí, tu vida?... No te creo. |
PEDRO |
- ¿Soy, acaso, cobarde ante el peligro?... Señor, has de saber que estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte. |
JESUS |
- En verdad, en verdad te digo, Pedro, que esta misma noche, en que vivimos, no va a cantar el gallo al día nuevo, antes que tú me niegues por tres veces. |
PEDRO |
- Aunque haya de morir, yo no te niego. |
JUAN |
- ¡Señor! |
MATEO |
- ¡Señor Jesús! |
SANTIAGO |
-También nosotros, si es preciso, contigo moriremos. |
JESUS |
- Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, sin sandalias, sin pan y sin dinero, ¿os faltó alguna cosa necesaria? |
TODOS |
Nada. |
JESUS |
- Pues bien, ahora disponeos a tomar una bolsa, quien la tenga, e igualmente la alforja. Quien de hierro carezca, venda el manto y compre espada, pues, en mí, ha de cumplirse el sacro texto: "Una gran multitud daré en herencia e innumerables gentes, cual trofeo, recibirá por derramar su sangre hasta la muerte, entre malvados puesto, llevando los pecados de los otros y, por la especie humana, intercediendo". (Is 53,12) Así toca a su fin lo que a mí atañe. |
JUAN |
- Hay dos espadas de fulgente acero. |
SANTIAGO |
- Helas aquí, Señor. ( Las desenvaina). |
JESUS |
- Bastantes. ¡Basta! |
PEDRO |
- ¿Sólo con dos espadas lucharemos? (Toma una) |
JESUS |
- Mis discípulos sois: seguidme ahora y guardad espadas para luego. Vamos ya al monte, al pie de los olivos. |
PEDRO |
- Sigamos al Señor. |
JUAN |
-Tras él, marchemos. |
(Todos se van por la izquierda del espectador)
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EL MUCHACHO |
- Como los hombres, anhelo ser: Salen de noche, salgo también. Y aunque mi padre tenga interés en que yo duerma, quiero correr. Puede encerrrame: me escaparé, aunque me zurre luego al volver. Puede él atarme: me soltaré: las ligaduras ya sé romper Puede él dejarme sólo en mi piel: si no hallo ropa, desnudo iré. (Pausa) Voy a seguirles: voy a ir a ver qué hacen o dicen en mal o en bien. |
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MALCO |
- Ese Jesús es hombre peligroso hay que tomar debidas precauciones. vayamos prevenidos: sus discípulos pueden darnos batalla por el monte. |
EL TRIBUNO |
- Hemos de procurar que no se escape amparado en las sombras de la noche. |
JUDAS |
- Aquel, a quien besare, es él. Prendedlo: agarradlo fuertemente, que no logre con su ímpetu romper las ataduras y la Judea pronto él abandone. |
MALCO |
- La cuerdas son de esparto resistente y la fuerza de un toro no las rompe. |
JUDAS |
- Seguidme a mí: yo sé el lugar exacto, donde él medita sus maquinaciones para apartar a ilusos e ignorantes de escribas, fariseos y doctores. |
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EL MUCHACHO |
- ¡Tus discípulos huyen de tu ladoyi y te abandonan a tus aprehensores! Yo te seguí, Señor, aunque cobardes, todos tus elegidos te abandonen. No han podido pillarme los soldados: mi sábana cogieron por un borde. Nadie puede correr llevando armas a no ser que de encima las arroje. |
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JUDAS |
- Aquel, a quien besé ya lo han prendido. Sólo resta esperar que él reaccione y tal como expulsó a los mercaderes, que a los romanos, de Israel arroje. Por un beso me han dado treinta siclos: treinta monedas blancas por un hombre. De día, trabajar es muy pesado: no cansa tanto delatar de noche. En vez de plata, yo preferiría ver estas tierras libres de opresores: Bajo gentiles, ¿vivió sin zozobra?...... Sin libertad, ¿existe cualquier goce?...... Yo no tengo seguro cuanto tengo: Aunque no hay que temer ya los ladrones, ¿puedo, acaso, escapar de los impuestos?.... ¿puedo eludir a los recaudadores?.... ¡Desdichado de mí! Si ya no temo que, al pasar por la calle, me despojen, he de dar cuentas a los publicanos y soportar que, vivo, me devoren. |
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MALCO (a Jesús) |
- De llevarte al palacio del Pontífice se nos ha dado taxativa orden. |
JESUS |
- Como contra un ladrón, habéis salido armados con espadas y bastones, para prenderme.- Cada día estaba entre vosotros y, a mis firmes voces, las paredes del Templo resonaban y nadie alzó las manos en protesta, ni movió la cabeza, desacorde. No me prendisteis a la luz del día. Es esta vuestra hora: por la noche: Desde Adán el Poder de las Tinieblas subyuga férreamente todo el orbe. Esto sucede para que se cumpla cuanto de mí, escribieron los varones, que anunciaron al Pueblo, mi venida y el Pueblo, sus escritos desconoce. |
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JUAN |
-Llevan preso al Señor, los alguaciles el tribuno romano y su cohorte. |
PEDRO |
- Fui el único, que osó empuñar el hierro y golpear y herir a quien fue torpe; más, él curó la oreja cercenada y premió mi valor con un reproche: "Vuelve la espada a su lugar, pues, todos cuantos usan espadas a la postre perecerán al filo de la espada gustando, del acero, los rigores". "O, ¿piensas que no puedo orar al Padre y me enviaría a aquí doce legiones de ángeles? -Pero, ¿cómo la Escritura tendría exacto cumplimiento entonces?". |
SANTIAGO |
- Tuvimos que entregarlo: no sirvieron las dos espadas ni tus rudos golpes. |
PEDRO |
- Yo seguiré al Maestro a donde él vaya, aunque él me reconvenga y me reproche. |
JUAN |
- Yo te acompañaré sin tantos bríos. |
SANTIAGO |
- Yo me quedo turbado en este monte. |
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SANTIAGO |
- Los esbirros prendieron al Maestro&GML. se han derrumbado nuestras ilusiones. ¡"Cayó el Pastor: disperso va el rebaño"!. Y caminamos sin saber a dónde. Yo vi prender a mi Maestro y guía. ¿No vamos a tener perseguidores? Los tendremos sin duda. El ya lo dijo: "Os lo harán todo a causa de mi Nombre. Sólo obtendréis del Mundo, odio y desprecio, porque a Aquel, que Me envió, no Lo conocen". |
La misma escena con más interlocutores (Santiago,Tomás, Mateo, Bartolomé, Simón,Andrés) SANTIAGO |
- Los esbirros prendieron al Maestro. |
TOMAS |
- Se han derrumbado nuestras ilusiones. |
MATEO |
- ¡"Cayó el Pastor: disperso va el rebaño"!. |
BARTOLOME |
- Y caminamos sin saber a dónde. |
SANTIAGO |
- Yo vi prender a mi Maestro y guía. |
SIMON |
- ¿No vamos a tener perseguidores? |
ANDRES |
- Los tendremos sin duda. |
MATEO |
- Él ya lo dijo: "Os lo harán todo a causa de mi Nombre. Sólo obtendréis del Mundo, odio y desprecio, porque a Aquel, que Me envió, no Lo conocen". |
FELIPE |
- Escondernos y huir es lo importante. |
JUDAS TADEO |
- Escapemos en todas direcciones. |
TOMAS |
- Si vamos todos juntos, es probable que a todos juntos apresarnos logren. |
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MALCO |
- Aquí traemos a este hombre detenido entre olivares para aclarar qué tramaba por aquellos andurriales. |
ALGUACIL A |
- La primavera ha llegado: pero las noches son frías y esta noche siento tanto que parece que me pinchan. |
ALGUACIL B |
De día el sol nos abrasa; de noche, se forma hielo se enfría el aire de pronto y entumece nuestros dedos. |
ALGUACIL A |
Como habremos de aguadar aquí no sé cuanto tiempo pidamos algo que pueda convertirse en un brasero. |
ALGUACIL B (a voz en grito) |
- Portera de esta mansión, ¿nos puedes dar trastos viejos para que junto a la lumbre los cuerpos reconfortemos? |
LA PORTERA (Con una silla rota en la mano) |
- Tomad esta silla rota para alimentar el fuego. Si pudiéramos quemar a un grupo de fariseos, viviríamos felices tal como viven los griegos. |
(Aparte) |
¡¿A quién veo por aquí?! ¡¿Estoy despierta o yo sueño?! |
JUAN |
- Voy a buscar a aquel que aguardaba fuera: tengo permiso para que él penetre. |
LA PORTERA |
- Vale más que te cases, jovencito, pues, son para los hombres, las mujeres. ¿Eres feliz, tan joven entre ancianos, cuya vida es pensar sólo en la muerte?... ¿Su amargura senil a que te bese una esposa que te ame con dulzura?... Vive y goza la vida, que aún te queda. ¡Goza el sol del placer, que se anochece muy pronto y no es posible detenerlo!...... |
JUAN |
- Dijo el Maestro: "Todo aquél, que deje a su mujer, para casar con otra, un adulterio público comete". "Y quien casa con una repudiada, adultera". -Dijimos: No conviene casarse. -Respondió: "En verdad, os digo: Este lenguaje, todos no comprenden, sino aquéllos a quienes es dado". "Porque hay que son eunucos desde el vientre materno, otros hay hechos por los hombres y hay otros, que se hicieron libremente por el amor al Reino de los Cielos" "Entienda esto tan sólo quien lo entiende". |
(Se va a la calle) |
LA PORTERA (aparte) |
-¡Jamás he visto a un joven tan huraño: no se digno siquiera responderme si se piensa casar, con quién y cuándo, porque no va estar joven para siempre! |
ALGUACIL A (calentándose) |
- Esto sí que es media vida: poder estar junto al fuego. Estaba tieso de frío y ya sin dolor me muevo. |
ALGUACIL B (calentándose) |
- Los idólatras gentiles bendicen a Prometeo, quien por amor a los hombres a los dioses robó el fuego. |
ALGUACIL A |
- Regalo para el sentido: es el bien más verdadero, pues, estando junto a él, del frío nos reponemos. |
JUAN (a la portera) |
- Ya estoy de vuelta con mi compañero de faenar con barcas y con redes. |
LA PORTERA |
-Recuerdo que venías hace años a traernos pescado. ¿Ya no hay peces para poder pescar en Tiberíades?... |
JUAN (aparte) |
- Hoy somos pescadores de otra especie |
(JUAN se va hacia donde conducían a JESUS) |
LA PORTERA (aparte) |
- Me da qué sospechar tal como mira este hombre hacia los altos capiteles: observo en él, los ojos muy abiertos. Le voy a interrogar: nada se pierde. |
LA PORTERA (a Pedro) |
- ¿No eres también discípulo de ese hombre? |
PEDRO |
- Lo que dices, no se absolutamente: Mujer, no lo conozco ni vi nunca, ni siquiera sabía que existiese. |
PEDRO (aparte) |
- Allí hacen fuego y tiemblo yo de frío: en aquel corro yo estaré caliente. |
LA PORTERA (aparte) |
- El último que entró mes está intrigando: respondió con cautela. Y... ¿si pretende soltar al preso?... ¡Guerdias! Ese andaba con Jesús Nazareno. |
PEDRO |
- ¡Mujer!... mientes: yo no conozco a ese hombre, que tú nombras. ni sé por qué aquí atado, lo retienen. |
ALGUACIL A |
- De verdad, tú también ibas con ellos, pues, por el habla, galileo eres. |
ALGUACIL B |
- ¿No te vi yo en el huerto, junto a él mismo y empuñando la espada, defenderle y cercenar la oreja de mi hermano?....... |
PEDRO |
- ¡Malditos tú y tu hermano y tus parientes! Yo no conozco a ese hombre en absoluto. Si no digo verdad, muerto aquí quedo o me vea por tierras y por mares, sin rumbo fijo, de mi patria, ausente y, al fin, termine yo entre los gentiles e, idéntica a la de él, sea mi muerte. No le he visto jamás ni le conozco, ni sé que trama ni lo que él pretende. |
(Canta un gallo) PEDRO (aparte) |
¡Tal cual lo había dicho canta el gallo y Pedro ya ha negado conocerle!!! |
PEDRO |
- ¿Por qué, Señor, teniendo atado el cuerpo, para mirar a Pedro, el rostro vuelves? ¿Por qué me lanzas rayos por tus ojos, que al caer en los míos, mi alma encienden?... ¡Tarde recuerdo yo que me anunciaste que incluso yo, también, sería aleve! ¡Aún el canto del gallo se percibe y Pedro ya ha negado conocerte! |
PEDRO (aparte) |
- ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!.... Si te he negado, la cólera del Padre no te vengue. Me aparto de estos hombres: qu no vean a un pecador en llanto deshacerse. |
(PEDRO se va a la calle) |
LA PORTERA |
- ¿Quién mentía: la moza o ese intruso, que se atrevió a decirme: "¡Mujer!, mientes: yo no conozco a ese hombre, que tu nombras. Ni sé por qué aquí atado, lo retienen"? ¿Siempre declaran la verdad los hombres y somos mentirosas, las mujeres?.... Las mujeres tenemos mucha vista y los hombres, salir por la tangente es el recurso más general que usan cuando una situación les compromete. |
(Los ALGUACILES se van avergonzados) |
LA PORTERA |
- ¿Ya se les pasó el frío a vuestros cuerpos? ¿Ya no tenéis manos y pies inertes?..... De cara a la verdad, ¿hay hombre alguno, que resista impertérrito y valiente?..... |
PEDRO |
Sí, negué a mi Señor: dije temblando: "Lo que dices no sé absolutamente". Respondí a una mujer: "No lo conozco, ni siquiera sabía que existiese". Cuando estaba en un corro entre alguaciles, que hacían lumbre para estar calientes, me delató diciendo que yo andaba con Jesús Nazareno.- ¡Mujer!..., mientes: yo no conozco a ese hombre, que tu nombras. - Exclamé yo, mintiendo al responderle.- Un alguacil, cogiéndome este brazo, me increpó: "Tú, negármelo, no puedes ibas con él, por más que disimules, pues, por el habla, galileo eres". "¿No te vi yo en el huerto, junto a él mismo y, empuñando la espada defenderle y cercenar la oreja de mi hermano?... -"¡Malditos tú y tu hermano y tus parientes!" -l respondí.- Yo no conozco a ese hombre ni sé por qué, aquí atado, lo retienen". "Lo juro por el Templo y por mi vida". "Si no dogo la verdad, muerto aquí quede". "O me vea, por tierras y por mares, sin rumbo fijo, de mi patria ausente y al fin termine yo, entre los gentiles e, idéntica a la de él, sea mi muerte". "Yo no conozco a ese hombre en absoluto, ni sus manejos ni lo que él pretende". ¿Por qué, Señor, teniendo atado el cuerpo para mirar a Pedro, el rostro vuelves? ¿Por qué me lanzas rayos por tus ojos, que al caer en los míos, mi alma encienden?... ¡Tarde recuerdo yo que me anunciaste que incluso yo también sería aleve! "Antes que cante el gallo, en esta noche, tú ya me habrás negado por tres veces". ¡Aún el canto del gallo se percibe y Pedro ya ha negado conocerte! ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!.... Si te he negado, la cólera del Padre no te vengue.- Padre, perdón, en nombre de tu Hijo, ¡Dios misericordioso! ¡Dios clemente! Apiádate de mí, porque he pecado negando a mi Señor, sin que cumpliese sus enseñanzas, que él nos dio en el monte, ante las multitudes más ingentes: "Habéis oído que se dijo antaño: «No perjurarás tú, sino fielmente cumplirás el Señor lo que has jurado». Mas, yo os digo que seáis prudentes y que jamás juréis de ningún modo: ni por el Cielo, porque es, de Dios, sede; ni por la Tierra, donde El sus pies pone; ni por Jerusalén, ciudad de Reyes". "No jures, infeliz, por tu cabeza, pues, un solo cabello tú no puedes hacer que sea blanco, negro o rubio". "Sea vuestro lenguaje únicamente: 'Sí' por sí, 'No' por no, que es del Maligno toda palabra inútil, que a esto excede |
(FIN de La Soberbia de San Pedro) Camino(s) ascendente(s): |