TEMA 3                       

                                                                 ¿Quién es Dios?      

                                                 LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 

 

   1.     ¿QUIÉN ES DIOS?

 

Es difícil contestar a esta pregunta. Para dar la definición de Dios debemos antes estudiar su naturaleza, es decir, qué cosa sea Dios, y para tener una idea más concreta, debemos primero analizar qué ha dicho Dios de sí mismo.

EL NOMBRE DE DIOS

En Ex 3, 13-14: Dios se manifestó a Moisés y le reveló su nombre: "YO SOY EL QUE SOY".

14 Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy.» Y añadió: «Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros.»15 Siguió Dios diciendo a Moisés: «Así dirás a los israelitas: Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación.»

Los hebreos no usaban vocales. Éxodo 3, 15 presenta un conjunto de cuatro consonantes YHWH, a las que añadían, a veces, algunas vocales puesto que desde el año 597 (cautividad de Babilonia) se dejó de pronunciar este nombre para evitar que fuera conocido y profanado por los paganos. Durante la lectura, cuando se encontraba este nombre, se hacía un poco de silencio y se continuaba. Después se usó Adonai (-> el Señor).

Nosotros pensamos que se pronunciaba Yahvéh porque así lo pronunciaban los samaritanos, que se habían separado del Reino del Sur unos tres siglos y medio antes de la cautividad de Babilonia y que, por lo tanto, eran portavoces de una tradición muy antigua. Los Testigos de Jehová, al contrario, se basan sobre la interpretación que le dieron los masoretas (700-1000 d. Cristo), un grupo de sabios que añadieron unos signos a base de puntuación a las consonantes para expresar las vocales. Éstos sacaron las vocales de la palabra "adonai" (Señor), para formar la palabra Jehová, cambiando la primera "a" por "e".

Para nosotros, se trata de una discusión inútil, puesto que Jesús nos enseñó a llamar a Dios con el nombre de "Padre" y san Juan nos dio una nueva definición de Dios, diciendo que "Dios es Amor" (I Jn 4, 8).

El nombre trae consigo dos explicaciones:

·     De orden metafísico, como sinónima del Ser subsistente, de la ple­nitud del Ser, del Acto puro, cuya esencia es su existencia y cuya existencia constituye su propia esencia.

·     De orden his­tórico, significando "el que está con vosotros" para asistiros, defenderos de vuestros enemigos y llevaros a la felicidad. Eso es lo que demuestra Yahveh Dios continuamente al pueblo de Israel.

La esencia de Dios es ser  "el que es" (Sap 13, 1). Ésta es la cualidad fundamental de Dios, la aseidad, como dicen los teólogos. Él existe por sí mismo, es el ser por esencia, el ser independiente de todo ser, del que reciben el ser que tienen las demás cosas.

 

Podemos conocer a Dios, pero no comprenderle.

Rom 1, 20: San Pablo dice que lo invisible de Dios se hace cognoscible en las cosas creadas; pero con eso no alcanzamos a comprender a fondo qué es Dios y esto es debido a que Él es infinito y nuestro entendimiento débil y limitado. No podemos comprender la inmensidad de Dios como con un vaso no podemos abarcar todo el agua del mar.

Ahora bien, sí está claro que podemos conocer distintas cosas de Dios. Conocer a Dios de modo inmediato e intuitivo, no podemos hacerlo. Eso es propio sólo de Dios mismo. Y esto es verdad por una razón muy sencilla: Nuestro entendimiento solamente conoce a través de los sentidos. Y no hay conocimiento alguno que llegue a nuestro entendimiento sin que antes no haya pasado por los sentidos. Por tanto, todo conocimiento llega al hombre por medio de las cosas sensibles. También las cosas divinas llegan al hombre por medio de lo sensible y, por esa razón, solamente podemos conocer las cosas divinas de un modo aproximado, por analogía.

Conocer de modo inmediato e intuitivo el Ser Subsistente sólo es propio de Dios. Conocer las cosas por intuición y de modo evidente es lo mismo que conocerlas sin necesidad de utilizar razonamiento alguno, de deducción. y está fuera del alcance de todo entendimiento creado. Si yo estoy viendo la ciudad de Lima, nadie tiene que decirme ni probarme que existe esa ciudad. Yo mismo lo estoy viendo y ese conocimiento se hace evidente a mí. Y además, sabemos que lo conocido está en el que lo conoce. Por ejemplo : yo puedo conocer cualquier animal porque sé muy bien que soy superior a él. Si pudiéramos conocer a Dios seríamos más que Él.

La existencia de Dios es evidente en sí misma, pero no con re­lación a nosotros y, por lo mismo , necesita ser demostrada.

A nosotros los hombres nos es imposible conocer la naturaleza divina, por eso necesita ser demostrada por medio de cosas más conocidas a nosotros.

 

LA RAZÓN HUMANA PUEDE DEMOSTRAR CON CERTEZA

LA EXISTENCIA DE DIOS.

Lo dice:

1. La SAGRADA ESCRITURA. Sab 13, 1-5: "pues de la grandeza y hermosu­ra de las criaturas, por razonamientos, se llega a conocer al Hacedor de éstas". Rom 1, 20: "Porque desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son conocidos mediante las criaturas".

2. MAGISTERIO DE LA IGLESIA: Concilio Vaticano I: Si alguno dijere que el Dios uno y verdadero, Creador y Señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema. (Dz 1806)

Partiendo de las cosas creadas, por vía de causalidad, se llega a la Causa Primera que es Dios.

 

2.     EXISTENCIA DE DIOS

 

DEL ATEÍSMO AL AGNOSTICISMO MODERNO

El fenómeno del ateísmo en nuestro tiempo es, sin duda, mucho más preocupante que en tiempos pasados, en los que se daba sólo de forma esporádica y a modo de excepción. Pero algo ha cambiado en estos últimos años. Ha dejado de existir el llamado ateísmo combativo, el de Feuerbach, Marx, Freud, Nietzsche y Sartre: el ateísmo que se inspiraba en la modernidad[1] y pretendía explicarlo todo con la razón empírica.  Tenía una visión optimista de la racionalidad y el método científico se levantaba contra el oscurantismo, creía en la utopía y en el progreso y se presentaba como liberador y humanista. Se trataba de un ateísmo total y radical.

El Ateísmo, en líneas generales, se puede resumir en 4 ideas:

1.   Resalta la dignidad del hombre.

2.   Autonomía absoluta.

3.   No permite ningún tipo de transcendencia.

4.   Antiteísmo: se rebela ante la idea de Dios.         

Esta elaboración sistemática surge del proceso de pensadores que acabamos de citar.

·        FEUERBACH: Basa sus teorías en el famoso principio del sensualismo. Con él afirma que el pensamiento verdadero y objetivo se crea en la intuición sensible y por la intuición sensible; y ésta nos da el conocimiento absoluto. Es decir, que la experiencia hace el conocimiento. Como Dios es un ser pensado, no experimentable, no existe. El hombre no tiene alma y tiene su satisfacción plena en la Tierra. El hombre tiene un deseo de felicidad y lo proyecta en una felicidad infinita que es Dios a modo de satisfacción fantástica del hombre. Es decir: la finitud e impotencia del hombre crea a Dios.

·             KARL MARX: Presenta tres etapas:

1.  Separación Iglesia-Estado: reduce la religión al ámbito de lo privado.

2.      La Religión en un sueño de las necesidades humanas no satisfechas.

3.      Materialismo histórico: El obrero se aliena en la medida en que es despojado del objeto de su trabajo. Por eso necesita la religión. Pero ésta es el opio del pueblo. La Religión desaparece en cuanto el obrero se identifica con su trabajo.

·             FREUD: En el hombre hay dos instintos: uno negativo (de muerte o de autodestrucción) y otro positivo (sexual). Su esquema lo procesa a partir del Complejo de Edipo. Edipo es hijo del rey Layo de Tebas y de Yocasta. Abandonado en Corinto es educado como príncipe y descubre que sus educadores no son sus padres. Huye y, en su huida, mata a un caminante que resulta ser su padre disfrazado. Al llegar a Tebas, libera la ciudad de un maleficio y casa con Yocasta. Al descubrir que es su madre se arranca los ojos.  De aquí surge la teoría del reduccionismo, base de todo su pensamiento: reduce al hombre al puro sexo. Eso le hace convertirse en el padre del psicoanálisis. Por la interpretación de los sueños trata de ayudar a los pacientes a traspasar al plano de la conciencia los impulsos sexuales reprimidos o camuflados, con el fin de alcanzar el equilibrio perdido.

Con el Complejo de Edipo va a explicar también el proceso religioso del hombre. Al principio, un jefe dominaba todas las hembras y esclavizaba a los machos. Éstos se rebelan, lo matan y se lo comen. Surge así la anarquía. Con sentimiento de culpabilidad, adoran un totem que representa al padre. La religión es, pues, una neurosis general.

·             NIETZSCHE: Gran propagador del nihilismo: muerte de Dios. La moral cristiana es un sistema de prohibiciones, negaciones y frustaciones. Le horroriza el amor al prójimo y la igualdad entre los hombres. Los valores se fundan en la exaltación de la vida a la que se llega por la voluntad de poder para crear el super-hombre (dominio del más fuerte). De estas fuentes beberá Hitler.

·             SARTRE: Es el padre del existencialismo (la existencia precede a la esencia). El hombre no es una esencia pensada y creada por Dios que le impone así el cauce de su libertad, sino una existencia pura que va conquistando su esencia con la libertad. El hombre es como él se quiere, es lo que él hace- va a exclamar. Da igual si Dios existe o no, lo que importa es que el hombre se encuentre a sí mismo.

Aquel ateísmo combativo ha pasado ya a la historia. Han caído las ideologías y el hombre postmoderno no tiene ya aliento ni para negar a Dios. En pocos años hemos pasado del ateísmo al agnosticismo. Es verdad que aquel ateísmo combativo era más bien teofobia, es decir, deseo de que Dios no exista. Pero hoy nos encontramos ante el apagamiento de la posmodernidad, el agotamiento de la razón empírica, el triunfo de lo irracional, la pérdida de la utopía, el cansancio intelectual. Incluso se ha perdido la subjetividad del hombre.

¿Cuáles podrían ser las causas de este agnosticismo moderno que, de alguna manera, nos implica a todos?

Materialismo de vida y cultura por el que el hombre moderno busca en todo la satisfacción y placer inmediatos, rehuyendo el pensar, para no encontrarse con el vacío que lleva por dentro. Es el hombre que pretende comprar la felicidad, el hombre light que supedita los valores morales y religiosos al triunfo profesional, a sus prisas y ambiciones. Resulta, sin embargo, un hombre insatisfecho, inseguro y triste, producto de nuestra empobrecida cultura.

Agotamiento de nuestra filosofía. El escepticismo es cada vez mayor.

Fideísmo: creer sin razones, simplemente por la fuerza del sentimiento o de la tradición.

La secularización que pretende vivir como si Dios no existiese. Este fenómeno ha entrado en muchos ambientes tecnológicos y religiosos, presentando un Dios falso, que no interviene en la historia y del que se puede prescindir. Pero un Dios del que se puede prescindir es un Dios que termina siendo ignorado, porque se trata de un Dios inútil.

Nuestra tarea, por tanto, consiste en responder al desafío del agnosticismo moderno, dando razón de nuestra fe. Es San Pedro quien nos lanza el reto: I Pe 3, 15.

La fe en Dios tiene, pues, que tener un apoyo claro en la razón. Ahora bien, la razón humana no se puede reducir a la pura razón empírica, diciendo que sólo tiene sentido lo que es empíricamente verificable, pues esta afirmación curiosamente no es empíricamente verificable, sino una afirmación filosófica y metafísica. Existe, pues, una forma de llegar a Dios por medio de la filosofía.

La Iglesia Católica, que, por su lado, sostiene que la fe es más que la pura razón filosófica, admite claramente que por la razón humana se puede llegar a un conocimiento cierto de la existencia de Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica se ha extendido en este punto afirmando también con clara coherencia que sin esa capacidad el hombre no podría acoger la revelación de Dios. (CEC 36)

 

PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS

 

1.  Por vía de Revelación.

Leeremos las primeras páginas de la Biblia (Gn 1,1), según las cuales queda bien patente que todas las cosas han sido creadas por Dios. Lo cual queda corroborado en las primeras palabras del Evangelio de San Juan (Jn 1,1).

 

2.  Por vía de razón.

A la existencia de Dios llegamos por el PRINCIPIO DE CAUSALIDAD: Todo efecto tiene su causa[2].

Según este principio, surge un argumento muy sencillo:

a)   Todo cuanto ha comenzado a existir ha debido tener una causa que le haya dado la existencia.

b) Esta causa, que hace que exista un efecto, o es la Cau­sa primera o es una causa segunda causada, a su vez, por otra anterior a ella.

c) Esta serie de causas segundas o intermedias no puede remontarse hasta el infinito. Es necesario llegar a una Causa Primera incausada que sea origen y razón de todas las demás.

 

Todo ser tiene en sí, o fuera de sí, la razón de su existencia. Un carpintero fabrica una silla. La silla es el efecto del trabajo del carpintero; y el carpintero es la causa de que esa silla exista.

Es bien conocida la experiencia que tuvo Leverrier (1811-1877). Al estudiar el planeta Urano, se dio cuenta de algunas desviaciones de éste, inexplicables sin la existencia de otro planeta que desviara su curso, por lo que dedujo la existencia y la órbita de este planeta desconocido. Apuntó el telescopio en esa dirección, pero no lo localizó. No obstante, llegó a calcular su tamaño y distancia. Años más tarde, el astrónomo Galle, con instrumentos más perfectos, llegó a ubicar ese planeta, Neptuno, en la dirección indicada por Leverrier, tal y como lo había descrito él.

Existe un orden y todo orden exige una inteligencia ordenadora.

Las cosas no se hacen solas; es decir, alguien tiene que hacerlas. Tanto la mesa y la casa, como el Sol, la Tierra y las estrellas han sido hechos por alguien. La mesa ha sido hecha por el carpintero, la casa por el albañil. EL SOL, LA TIERRA Y LAS ESTRELLAS HAN SIDO HECHOS POR DIOS.

Si paseas por la playa un día que ha bajado la marea, conoces, por las huellas en la arena, si lo que pasó por allí fue un hombre, un perro o un pájaro. Lo mismo debemos hacer nosotros para averiguar la existencia de Dios. A Dios no lo podemos ver porque es espíritu; y el espíritu no se ve con los ojos de la cara: A Dios no lo ha visto nadie, (Jn 1, 18). Pero vamos a conocer a Dios por las huellas que ha dejado en la creación. Dice San Pablo que Dios es cognoscible con la razón a través de las criaturas.

 

La contingencia

Ser contingente es aquel que necesita de otro para existir y ser necesario es el que tiene en sí la razón de su existencia. Los seres de este mundo no tienen en sí mismos la razón de su existencia, dependen de otros para existir. Luego si dependen de otros para existir tienen que sostenerse sobre uno que no dependa de nadie para hacerlo. A ese ser necesario que no depende de nadie para existir lo llamamos DIOS.

 

El hombre

El hombre tiene manifestaciones que no son materiales (que no son extensas) y, por tanto, son espirituales. Si existe ese principio espiritual al que llamamos alma, éste no puede venir de la materia, sólo puede explicarse por creación directa de Dios.

El hombre se diferencia del animal en que tiene un alma inteligente. Ésta es la parte espiritual del hombre que sobrevive al cuerpo, y es sede de sus operaciones espirituales. Las actividades del alma son: el conocimiento intelectual, el lenguaje simbólico, la libertad, el progreso, el arte, la ética, la religión.

El Concilio Vaticano I afirma: Desde el principio del tiempo creó Dios de la nada la criatura espiritual y corporal, esto es, la angélica y la mundana, y luego la humana constituida de espíritu y cuerpo.

El hombre tiene un cuerpo, pero no es un cuerpo. Es algo más que su cuerpo. Es el espíritu el que nos hace personas. Sin él no seríamos más que materia. Seríamos puros animales. Ese elemento sobrenatural en el hombre, demuestra que existe algo más por encima y más allá de la naturaleza. A esa sustancia que se halla única y exclusivamente en el hombre, le llamamos alma.

 

La existencia del alma espiritual

Es claro que no vemos la existencia de nuestra alma, por lo que, al igual que en el tema de la existencia de Dios, tenemos que recurrir a una prueba de tipo filosófico, partiendo del hecho de que hay en el hom­bre acciones espirituales que, por ser irreductibles a la materia, exigen un principio espiritual que las cause.

Son espirituales las manifestaciones del hombre que tienen los atributos distintos de la materia y la trascienden intrínsecamente. La materia es exten­sa, tiene partes y se encuentra en el espacio. Si existen en el hombre manifestaciones que no sean extensas, que no tengan partes, que no sean sensi­bles, que superen el espacio, diremos que son espi­rituales, y, como tales, sólo podrán venir de un prin­cipio espiritual, que es el alma. Ahora bien, si existe el alma y el alma no puede derivarse de la materia, sólo puede explicarse por creación directa de Dios. Esta es la prueba. Todo el peso de la argumenta­ción descansa, por lo tanto, en demostrar que exis­ten en el hombre dimensiones espirituales que pro­ceden, en consecuencia, de un alma espiritual.

 

 

3.    HAY UN SOLO DIOS VERDADERO

 

Sólo puede haber un Dios verdadero. Si hubiera más, o uno mandaría sobre los demás -y entonces éste sería el único Dios verdadero-, o serían independientes unos de otros. Pero esto es imposible, porque el Dios verdadero ha de tener dominio absoluto sobre todo lo que existe fuera de Él. Si no, no lo podría todo.

Dios es un ser único, infinito e inmenso que lo llena todo. El ser perfectísimo no puede ser más que uno. Si hubiese dos o más dioses, se distinguirían entre sí por alguna perfección o imperfección. Entonces el que careciese de la perfección o tuviese la imperfección ya no sería infinitamente perfecto y, por tanto, ya no sería Dios.  

·   Dt 6, 4: Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh

·   Is 44, 6: Así dice Yahveh el rey de Israel, y su redentor, Yahveh Sebaot:«Yo soy el primero y el último,          fuera de mí, no hay ningún dios.

·   I Cor 8, 6: para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros.

 

Atributos divinos.

Son las cualidades o perfecciones que descubrimos en Dios y constituyen su esencia. En realidad, son diferentes denominaciones de una sola y simplicísima esencia y perfección divina. Las obras de Dios nos manifiestan esa perfección divina bajo diferentes aspectos. Lo mismo acontece en un paisaje, que mirado de diferentes puntos de vista, parece distinto, aunque es el mismo.

Dios es infinitamente perfecto porque posee sin límites todas las perfecciones posibles. Las principales son: Dios es eterno; inmutable; inmenso; infinitamente sabio y poderoso; infinitamente santo y justo; infinitamente bueno, misericordioso, veraz y fiel.

 

4.     LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 

La Santísima Trinidad es el mismo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,

tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

 

EN DIOS HAY TRES PERSONAS DISTINTAS. ESTAS TRES PERSONAS SON: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO

Tres textos donde aparcen las tres personas juntas: Mt 28, 19; Mt 3, 16-17; Jn 14, 16 y 26.

El Padre es Dios; el Hijo es Dios; el Espíritu Santo es Dios. Pero no hay tres dioses; sólo hay un Dios. Porque las tres divinas personas tienen una sola esencia o una misma naturaleza.

Esto lo sabemos porque se nos ha revelado en la Biblia, pero no lo comprendemos. Lo creemos porque Dios así nos lo ha dicho.

Con la sola razón podemos llegar a conocer algo de Dios: su eternidad, su onmipotencia. Pero no la vida íntima de Dios (Trinidad).

La Segunda Persona es como la idea que brota del entendimiento. Por eso se le llama Verbo. La Tercera Persona es el Amor que brota entre las dos primeras personas. Sin embargo las tres Personas son simultáneas en el tiempo, porque las Tres son eternas.

Si la Sagrada Escritura atribuye a cada una de las Personas Divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) operaciones divinas y autoridad divina, podemos afirmar con certeza que cada una de las tres es verdadera Persona Divina en una sola esencia.

 

 

EL PADRE ES DIOS.

El Padre es la Primera persona porque no tiene origen ni procede de otra.

·        Salmo 2, 7: Voy a anunciar el decreto de Yahveh: El me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. El Padre engendra al Hijo.

·        Jn 5, 26: Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo. Tiene vida en sí mismo y la da al Hijo.

·        Jn 3, 16: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Nos da a su Unigénito por amor.

·        Jn 16, 27: pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí  y creéis que salí de Dios. Nos ama.

 

EL HIJO ES DIOS.

El Hijo es la Segunda Persona porque procede del entendimiento del Padre.

Se trata de una procedencia puramente intelectual. Pues así como nuestra mente, al conocerse a sí misma, produce una imagen de sí misma que los teólogos han denominado “verbo”, de un modo semejante, Dios, al conocerse a sí mismo, engendra al Verbo eterno.

La Segunda Persona de la Santísima Trinidad procede del Padre, pero no es posterior a Él en el tiempo. Es procedencia de origen, no de tiempo. Cuando yo enciendo una luz en la noche, veo simultáneamente mi mano y la sombra de ésta. La sombra y la mano aparecen ante mis ojos al mismo tiempo, simultáneamente. No hay prioridad en el tiempo, sí en el origen, pues está claro que si no hay mano no hay sombra.

·     Jn 1, 1.18: 1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 18  A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado. Es el Verbo existente en el seno del Padre.

·     Jn 10, 30: Yo y el Padre somos uno. Es uno con el Padre.

·     Jn 5, 19.21-23: 19Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo. 21Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. 22Porque el Padre no juzga a nadie;   sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, 23para que todos honren al Hijo  como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. El Hijo hace cuanto ve hacer al Padre.

·     Mt 11,27: Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie  sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. El verbo utilizado en griego es evpiginw,skei, que indica un conocimiento claro y perfecto.

Si todos deben honrar al Hijo como honran al Padre, resulta que el Hijo es acreedor del homenaje que se le debe tributar al Padre Dios, el de adoración.

 

EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS.

·        Hc 5, 3-4: 3Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del campo?4¿Es que mientras lo tenías no era tuyo, y una vez vendido no podías disponer del precio? ¿Por qué determinaste en tu corazón hacer esto? Nos has mentido a los hombres, sino a Dios.»Es Dios. Mentirle a Él es mentir a Dios.

      El Espíritu Santo es la Tercera Persona porque procede por amor del Padre y del Hijo como de un solo principio y así la Escritura dice que el Espíritu Santo es el Espíritu del Padre (Mt 10, 20: Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.), y es también el espíritu del Hijo (Gal 4, 6: La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!).

·     Jn 15, 26:  Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí. Es el espíritu de verdad que procede del Padre.

·     Gal 4, 6: Es el Espíritu del Hijo que Dios envía a nuestros corazones.

·     Jn 16, 14-15: 14El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. 15Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío  y os lo anunciará a vosotros. Cristo mismo nos envía el Espíritu Santo.Si Cristo nos envía el Espíritu Santo es porque procede de Él. Además, todo cuanto tiene el Padre es del Hijo, por tanto el Espíritu Santo procede tanto del Padre, como del Hijo.

·     Jn 14, 16-17: 16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, 17el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede. Es el Consolador.

·     Jn 16, 7-13: 7Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: 8y cuando él venga,convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; 9en lo referente al pecado, porque no creen en mí; 10en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; 11en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado. 12Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Convencerá al mundo respecto del pecado y la justicia y el juicio. Nos va a guiar hasta la verdad plena.

·     I Cor 2, 10: Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.Es Espíritu de inteligencia.

·     I Cor 12, 11: Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.Obra y actúa.

·     I Cor 6, 11: Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.Regenera y justifica.

·     Hc 13, 2: Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a  Saulo para la obra a la que los he llamado.» Escoge a Pablo y Bernabé.

·     Hc 20, 28: «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo.Escoge a los Obispos.

·     I Cor 6, 19: ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? Somos templos del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es también una Persona divina, por lo tanto debe recibir la misma adoración y honor que las otras dos. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como el calor procede del sol y de su luz.

 

NO SON TRES DIOSES IGUALES,  SINO UN SOLO DIOS VERDADERO EN TRES PERSONAS DISTINTAS

Las tres Personas tienen la misma y única naturaleza divina. La misma grandeza, poder,  sabiduría, bondad, santidad,  el mismo querer y el mismo obrar,... Lo que hace una Persona lo hacen las tres, sin embargo ciertas actividades parecen más apropiadas a una Persona que a otra: la Creación al Padre, la Redención al Hijo, y la Santificación de las almas al Espíritu Santo. No es que entre las tres personas se repartan la divinidad, sino que cada una de ellas tiene toda la divinidad.

 

  EL PADRE........no es  el Hijo, ni el Espíritu Santo........pero es

  EL HIJO....................no es  el Padre, ni el Espíritu Santo......pero es                     DIOS

  EL ESPÍRITU SANTO...no es  el Padre, ni el Hijo.........pero es

El Padre nos ha creado, nos ama y nos ha hecho sus hijos.

El Hijo nos ha salvado muriendo por nosotros.

El Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a ser buenos cristianos.

 

ES UN MISTERIO

Misterio profundo, pero estamos seguros de que es así, pues Dios así lo ha revelado y Dios no puede engañarse ni engañarnos. Es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres personas se funden por el amor formando una sola naturaleza.

Los misterios son frecuentes en nuestra religión. Ahí está el fundamento de la misma, en que nuestra razón se supedita a la fe. Ahora bien, aunque los misterios de la fe sean superiores a la razón, eso no implica que sean contrarios a la razón, o sea que no son imposibles ni absurdos. Ocurre con ellos lo que con otras cosas de la vida, que las usamos continuamente y no sabemos lo que son: el magnetismo, y/o la luz...Podemos explicar cómo actúa la luz, tras la doble teoría corpuscular de Newton y ondulatoria de Huygens, con la teoría del corpúsculo con onda asociada de Schrödinger, pero de la naturaleza de la luz poco podemos decir. Lo mismo ocurre con la gravedad: atracción mutua de las masas materiales. Newton afirmó que conocía las leyes de la atracción, pero no su esencia. Y es que la Física nos habla de los hechos, pero no de esencias.

Muchas cosas hay que no nos podemos explicar y sería un absurdo pretender que solamente lo que cabe en el pequeño entendimiento del hombre sea verdad. Ni la inmensidad del mar cabe en nuestro ojo, ni la inmensidad de Dios en nuestro entendimiento. Es limitado. Cuando creemos en los misterios, hacemos un acto de humildad reconociendo que Dios sabe más que nosotros.

Los misterios ni son exclusivos de la religión ni son obstáculos para creer. Lo mismo que en las demás ciencias, cuando no entendemos una cosa, nos fiamos de lo que nos dicen los que entienden de esa ciencia, así en las cosas de la Religión debemos fiarnos de lo que Dios dice en la Revelación, obra de Dios, aunque nuestro pequeño entendimiento no alcance a comprenderlo perfectamente. Tampoco una hormiga no entiende el juego del ajedrez, y sin embargo éste es una realidad. Llegará un día en que los entenderemos: en el cielo.

ALGUNA LUZ:         El misterio de que hay un solo Dios y tres Personas distintas se llama Misterio de la Santísima Trinidad. Aunque no podamos entenderlo perfectamente, podemos, sin embargo, aclararlos con comparaciones.

·     Un rosal puede tener tres rosas iguales, pero no son tres rosas.

·     Un monte con tres picos no son tres montes distintos.

·     El agua puede estar en tres estados (sólido, líquido y gaseoso) sin perder su naturaleza: H2O.

·     Con el mismo alma discurrimos, amamos y recordamos: son operaciones distintas que hacemos con la misma naturaleza.

·      Si te miras al mismo tiempo en tres espejos distintos, ves tres imágenes tuyas.

·     Tres cerillas unidas tienen una sola llama: cada cerilla tiene llama, pero no son tres llamas, sino una sola.

·     En un triángulo cada ángulo abarca todo el triángulo, sin embargo los tres ángulos son distintos.

 

TESTIGOS DE JEHOVÁ. Niegan la Trinidad porque esta palabra no aparece en la Biblia. Y es verdad. La palabra como tal no aparece en la Biblia, pero sí la doctrina, como hemos demostrado ampliamente. Se deduce de todo el Evangelio. Una prueba clara es el mandato de Cristo de bautizar "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mt 18, 29). Fórmula que ellos mismos eliminan en la administración del bautismo protestante, en lo cual desobedecen al mismo Cristo.

También afirman que este misterio lo hemos copiado del Hinduísmo, en que las tres divinidades Brahama, Vishnú y Shiva forman una trinidad. Pero cabe decir que, aunque es cierto que estas divinidades se nombran en el Mahabarata y en algunos Puranas antes de Jesucristo, no tienen el significado que nosotros le damos, pues se trata siempre de divinidades independientes entre sí e incluso opuestas. Curiosamente esta trimurti hindú (triple forma de la divinidad) se relacionan como trimurti a partir del siglo V después de Cristo, probablemente por el influjo de la predicación del apóstol Tomás en la India. Hay testimonios que se remontan al siglo III, de distintas procedencias, de que Santo Tomás evangelizó por la India. Allí fue muerto y su cuerpo está enterrado en la Catedral de Madrás (India). Con todo la trimurti hindú nunca llega a ser una trinidad en sentido cristiano.

 

            Suelen hacer otro tipo de comparaciones con otras religiones paganas de la antigüedad. Si ahondamos en las creencias religiosas de Egipto, ciertamente podemos hallar trinidades de dioses; los vedas de la India afirman que Agni, Indra, y Surya son tres dioses, los cuales, sin embargo, son un solo dios. El filósofo griego, Platón, “previó maravillosamente uno de los más sorprendentes descubrimientos de la revelación cristiana” (Gibbon, “Decline and Fall” [Decadencia y Caída. Como ya hemos dicho, no se pueden comparar los razonamientos de estas religiones con la revelación que nos muestra la Sagrada Escritura, por cuanto cada uno de los dioses que adoraban aquellas antiguas civilizaciones (babilonia, asiria o egipcia) eran independientes u opuestos uno del otro, es decir, tenían porciones de divinidad y no la divinidad entera como es el caso de la Trinidad.

ORIGEN DE LA PALABRA “TRINIDAD”

En cuanto al origen de la palabra “Trinidad” tienen razón nuestros hermanos separados: El término no figura en la Biblia.

Parece ser, que Tertuliano, en el año 215 d.C., fue el primero en usar esa expresión, aunque algunos autores difieren y afirman que fue Teófilo el primero y que, más tarde, Tertuliano lo acuñó. Será el Concilio de Nicea (año 325) el que lo fijará explícitamente en el Símbolo Niceno. Sin embargo, la doctrina de tres personas realmente distintas en un solo Dios verdadero estaba ya implícita en el Símbolo de los Apóstoles que se usaba en las antiguas liturgias bautismales de las comunidades cristianas de Roma y, como ya hemos visto,  se remonta hasta la época apostólica. Por esa razón, no podemos afirmar que hasta ese momento no se creía en el misterio de la Santísima Trinidad. Son numerosos los documentos de los Padres de la Iglesia anteriores al Concilio de Nicea en que se defiende la idea de Tres personas realmente distintas en un solo Dios verdadero. Citemos, como botón de muestra La Didache (Didajé) , o Enseñanzas de los Doce Apóstoles que fue escrito entre el año 65 y 80 de la era cristiana e impreso en 1883, diez años después de haber sido encontrado en Macedonia, cerca de Constantinopla. Es considerado como el documento cristiano más antiguo. Da los puntos de vista de los comienzos de la Iglesia y fue altamente apreciado por los Primeros Padres. Así dice en el CAPÍTULO 7 : 1 Y referente al bautismo, bautiza de este modo: habiendo recitado estos preceptos, bautiza en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua viva; 2 Pero si no tienes agua corriendo, bautiza en otra agua, y si no puedes bautizar en agua fría, hazlo con agua tibia; 3 Pero si no tienes ninguna, echa agua tres veces sobre la cabeza, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

El principal objeto de las críticas del Concilio de Nicea fue el arrianismo, una doctrina que sostenía que Jesús no era idéntico al Dios creador del mundo, sino una creación suya, más noble y poderosa que los demás seres pero no realmente divina; existían también otras sectas y doctrinas, influenciadas sobre todo por el gnosticismo y el neoplatonismo que defendían posturas similares (para más ilustración sobre el tema véase el apéndice 2º en este mismo tema).

            La confesión en la existencia de un Dios ‘Unico’ pero Trino a su vez,  es esencial en la comprensión cristiana de Dios y lo que la diferencia de las demás religiones. Cabe aclarar, que si bien cada una de las personas que integran la Trinidad tienen el mismo poder, sabiduría, grandeza, santidad, etc., sin que ello implique división ni confusión entre ellas, hay actividades que pueden ser atribuidas con mayor propiedad a una de ellas que a las otras, sin que ello implique que una actúa independientemente de las otras dos.

Por ejemplo:

Atribuimos Dios Padre: la creación;

a Dios Hijo: la redención

a Dios Espíritu Santo: la santificación,

pero siempre dejando bien aclarado que se trata de un solo Dios verdadero.

            También es muy común observar cómo los Testigos de Jehová suelen confundir los términos utilizados en la Biblia. Ello ocurre en el entendimiento que tienen respecto a que el Hijo fue ‘engendrado’ por el Padre. En tal sentido, sostienen que cuando el Padre ‘engendra’ al Hijo se trataría de la primera creación de Dios, por lo que sostienen que el Hijo tiene una condición divina inferior al Padre por no ser eterno.

    En realidad, cuando se afirma que el Dios-Hijo procede o es ‘engendrado’ por el Dios-Padre no significa un acto de creación posterior en el tiempo por parte de éste último, sino una prioridad de origen (y no de tiempo) y esa diferencia de origen no afecta la simultaneidad (eterna) del Hijo respecto del Padre (Cfr. Sal. 2, 8; I Jn. 1, 3; 5,5) ni su condición o naturaleza divina semejante al Padre. Parece difícil de comprender pero no lo es tanto. El P. Jorge Loring, en su libro Para Salvarte nos ilustra con estoas palabras: Si yo enciendo la luz de mi cuarto, de noche, veo simultáneamente mi mano y la sombra de ella sobre la mesa. La sombra está originada por mi mano, pero veo las dos simultáneamente. No hay prioridad de tiempo. La sombra y la mano aparecen ante mis ojos simultáneamente, aunque la sombra está originada en la mano. Los Testigos de Jehová que no creen que el Hijo sea Dios como el Padre, engañan a los incautos que les escuchan diciendo que si el Hijo es engendrado por el Padre es posterior al Padre y no eterno como Él. Es que ignoran la distinción filosófica entre prioridad de origen y de tiempo. Por ejemplo: el fuego da origen a la luz; pero la luz no es posterior al fuego, sino que surge simultáneamente con el fuego. Lo mismo ocurre en Dios con el Padre y el Hijo.(Para Salvarte 22,2)

             Es decir, si hacemos el intento y encendemos una lámpara veremos que en el mismo instante aparece la luz, la sombra y si acercamos nuestra mano a la bombilla, también tendremos calor, así de simple. En ese mismo y único acto tenemos tres fenómenos físicos simultáneos: la luz, la sombra y el calor; y de esa manera puede ser comprendido el acto generador que se produce en el interior mismo de la Santísima Trinidad.      El escritor inglés C.S. Lewis, en su libro ‘Cristianismo....¡y nada más! afirmaba:  “Engendrar es llegar a ser padre; crear es hacer. Y la diferencia es ésta. Cuando engendramos, engendramos algo que tiene la misma naturaleza nuestra. Un hombre engendra seres humanos; un castor engendra castorcitos y ave empolla huevos que llegarán a ser pollitos. Pero cuando hacemos algo, hacemos algo diferente a nosotros: no tiene nuestra misma naturaleza.....Lo que Dios engendra es Dios, así como lo que el hombre engendra es hombre. Lo que Dios crea no es Dios, así como lo que el hombre hace tampoco es hombre. Por eso los hombres no son hijos de Dios como sí lo es Cristo. En cierta forma los hombres pueden parecerse a Dios, pero no son de la mima clase. Somos como estatuas o retratos de Dios.... el hombre, tiene la ‘configuración’ o semejanza con Dios, pero no tiene la clase de vida que Dios tiene. Todo lo que Dios ha hecho tiene alguna semejanza con El.... Un hombre engendra un hijo, pero sólo hace una estatua. Dios engendra a Cristo, pero sólo hace hombres. Con esto he ilustrado sólo un punto en cuanto a Dios, o sea que lo que Dios el Padre engendra es Dios, algo de la misma clase que El mismo.”

Origen de la palabra Trinidad 

            Antes de ingresar a las Sagradas Escrituras, corresponde que efectuemos una breve explicación del origen de la palabra Trinidad.

            Curiosamente, en la revista ‘Atalaya’ del 15/5/02, bajo el título “La paradoja de Tertuliano’ (p. 29), los Testigos de Jehová afirman (sustancialmente) que su origen se remonta al s. II  d.C., cuando Tertuliano desarrolló el concepto ‘una sustancia, tres personas’. Culpan de ello a la influencia que en él ejerció la filosofía griega, esto es, del mundo, y por ende, de ‘enseñanzas de los demonios’.

            Mas allá de estas afirmaciones, la palabra Trinidad sólo es un término utilizado para identificar la verdad de que “El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres Dioses sino uno solo” (Credo Atanasiano), y esto es lo que enseña la Iglesia, basada en la revelación,  en relación a la naturaleza de Dios.

            En consecuencia, si atendemos a los argumentos del Jehovismo, cabría preguntarse: ¿Es aceptable creer que, de buenas a primeras se le ocurrió un buen día a un tal Tertuliano (uno de los Padres latinos de la Iglesia, por cierto) formular la teoría: ‘una sustancia tres personas’, logrando fácil y graciosamente imponer ‘la novedad’ a toda la cristiandad? ¿No será que en realidad los Cristianos desde los tiempos apostólicos ya se encontraban familiarizados con la doctrina Trinitaria y sólo encontraron una manera más eficaz de ser explicada, más allá de las diversas fórmulas que aparecen en las Sagradas Escrituras? Creemos que por allí vienen las cosas.

 

 

ANEXO

Publicamos, por la riqueza de contenido doctrinal dos comentarios que pueden ser de utilidad a la hora de comprender un poco más el misterio de la Santísima Trinidad. El primero es un comentario del P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la Liturgia de la Palabra en la Solemnidad de la Santísima Trinidad. (16/05/2008)

El segundo de San Atanasio, expresando y explicando el misterio de la Santísima Trinidad.

Entre los dos escritos hay una diferencia de unos 1600 años, pero cualquiera de los dos textos coinciden con las mismas verdades de fe que nosotros hemos concluido del estudio de la Sagrada escritura. Lo cual pone de manifiesto la Tradición perenne de la Iglesia en sus formulaciones y explicaciones del Misterio Cristiano y sus verdades de Fe.

Comentario del P. Raniero Cantalamessa, OFM Cap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la Liturgia de la Palabra en la Solemnidad de la Santísima Trinidad. (16/05/2008)

La Trinidad, escuela de relación

¿Por qué los cristianos creen en la Trinidad? ¿No es ya bastante difícil creer que existe Dios como para añadirnos el enigma de que es «uno y trino»? A diario aparece quien no estaría a disgusto con dejar aparte la Trinidad, también para poder así dialogar mejor con judíos y musulmanes que profesan la fe en un Dios rígidamente único.

La respuesta es que los cristianos creen que Dios es trino ¡porque creen que Dios es amor! Si Dios es amor debe amar a alguien. No existe un amor al vacío, sin dirigirlo a nadie. Nos interrogamos: ¿a quién ama Dios para ser definido amor? Una primera respuesta podría ser: ¡ama a los hombres! Pero los hombres existen desde hace algunos millones de años, no más. Entonces, antes, ¿a quién amaba Dios? No puede haber empezado a ser amor desde cierto momento, porque Dios no puede cambiar. Segunda respuesta: antes de entonces amaba el cosmos, el universo. Pero el universo existe desde hace algunos miles de millones de años. Antes de entonces, ¿a quién amaba Dios para poderse definir amor? No podemos decir: se amaba a sí mismo, porque amarse a uno mismo no es amor, sino egoísmo, o como dicen los psicólogos, narcisismo.

He aquí la respuesta de la revelación cristiana. Dios es amor en sí mismo, antes del tiempo, porque desde siempre tiene en sí mismo un Hijo, el Verbo, a quien ama con amor infinito, que es el Espíritu Santo. En todo amor hay siempre tres realidades o sujetos: uno que ama, uno que es amado y el amor que les une. Allí donde Dios es concebido como poder absoluto, no existe necesidad de más personas, porque el poder puede ejercerlo uno solo; no así si Dios es concebido como amor absoluto.

La teología se ha servido del término naturaleza, o sustancia, para indicar en Dios la unidad, y del término persona para indicar la distinción. Por esto decimos que nuestro Dios es un Dios único en tres personas. La doctrina cristiana de la Trinidad no es un retroceso, un pacto entre monoteísmo y politeísmo. Al contrario: es un paso adelante que sólo el propio Dios podía hacer que lo diera la mente humana.

La contemplación de la Trinidad puede tener un precioso impacto en nuestra vida humana. Es un misterio de relación. Las personas divinas son definidas por la teología «relaciones subsistentes». Significa que las personas divinas no tienen relaciones, sino que son relaciones. Los seres humanos tenemos relaciones -entre padre e hijo, entre esposa y esposo, etcétera--, pero no nos agotamos en esas relaciones; existimos también fuera y sin ellas. No así el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La felicidad y la infelicidad en la tierra dependen en gran medida, lo sabemos, de la calidad de nuestras relaciones. La Trinidad nos revela el secreto para tener relaciones bellas. Lo que hace bella, libre y gratificante una relación es el amor en sus diferentes expresiones. Aquí se ve cuán importante es que se contemple a Dios ante todo como amor, no como poder: el amor dona, el poder domina. Lo que envenena una relación es querer dominar al otro, poseerle, instrumentalizarlo, en vez de acogerle y entregarse.

Debo añadir una observación importante. ¡El Dios cristiano es uno y trino! Ésta es, por lo tanto, asimismo la solemnidad de la unidad de Dios, no sólo de su trinidad. Los cristianos también creemos «en un solo Dios», sólo que la unidad en la que creemos no es una unidad de número, sino de naturaleza. Se parece más a la unidad de la familia que a la del individuo, más a la unidad de la célula que a la del átomo.

La primera lectura de la Solemnidad nos presenta al Dios bíblico como «misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad». Éste es el rasgo que reúne más al Dios de la Biblia, al Dios del Islam y al Dios (mejor dicho, la religión) budista, y que se presta más, por ello, a un diálogo y a una colaboración entre las grandes religiones. Cada sura del Corán empieza con la invocación: «En el nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo». En el budismo, que desconoce la idea de un Dios personal y creador, el fundamento es antropológico y cósmico: el hombre debe ser misericordioso por la solidaridad y la responsabilidad que le liga a todos los vivientes. Las guerras santas del pasado y el terrorismo religioso del presente son una traición, no una apología, de la propia fe. ¿Cómo se puede matar en nombre de un Dios al que se continúa proclamando «el Misericordioso y el Compasivo»? Es la tarea más urgente del diálogo interreligioso que juntos, los creyentes de todas las religiones, deben perseguir por la paz y el bien de la humanidad.

 

De las Cartas de san Atanasio, obispo
(Carta 1 a Serapión, 28-30: PG 26,

 594-595. 599)

  
      
Siempre resultará provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal.

Existe, pues, una Trinidad, santa y perfecta, de la cual se afirma que es Dios en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que no tiene mezclado ningún elemento extraño o externo, que no se compone de uno que crea y de otro que es creado, sino que toda ella es creadora, es consistente por naturaleza y su actividad es única. El Padre hace todas las cosas a través del que es su Palabra, en el Espíritu Santo. De esta manera queda a salvo la unidad de la santa Trinidad. Así, en la Iglesia se predica un solo Dios, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Lo trasciende todo, en cuanto Padre, principio y fuente; lo penetra todo, por su Palabra; lo invade todo, en el Espíritu Santo.

San Pablo, hablando a los corintios acerca de los dones del Espíritu, lo reduce todo al único Dios Padre, como al origen de todo, con estas palabras: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.

El Padre es quien da, por mediación de aquel que es su Palabra, lo que el Espíritu distribuye a cada uno. Porque todo lo que es del Padre es también del Hijo; por esto, todo lo que da el Hijo en el Espíritu es realmente don del Padre. De manera semejante, cuando el Espíritu está en nosotros, lo está también la Palabra, de quien recibimos el Espíritu, y en la Palabra está también el Padre, realizándose así aquellas palabras: El Padre y yo vendremos a fijar en él nuestra morada. Porque donde está la luz, allí está también el resplandor; y donde está el resplandor, allí está también su eficiencia y su gracia esplendorosa.

Es lo que nos enseña el mismo Pablo en su segunda carta a los Corintios, cuando dice: La gracia de Jesucristo el Señor, el amor de Dios y la participación del Espíritu Santo estén con todos vosotros. Porque toda gracia o don que se nos da en la Trinidad se nos da por el Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo. Pues así como la gracia se nos da por el Padre, a través del Hijo, así también no podemos recibir ningún don si no es en el Espíritu Santo, ya que hechos partícipes del mismo poseemos el amor del Padre, la gracia del Hijo y la participación de este Espíritu.

 

 

ANEXO 2

Durante los siglos tercero y cuarto surgió dentro de la Iglesia Católica una controversia sobre la naturaleza y sustancia de Cristo. Hubo aquellos que sentían que Jesús era de una naturaleza eterna como la del Padre y que El (Cristo) siempre había sido. Por otro lado, hubo aquellos que miraban a Jesús como un ser creado. Sostenían la visión de que había solamente un Dios y que El era solo; pero que en algún punto en el tiempo Dios, "el Padre", creó al Hijo Jesucristo. Con este sistema de enseñanza, estos individuos observaban a Jesús como sin ser conformado de la misma sustancia (o misma naturaleza) que el Padre. Jesús, sentían ellos, ocupaba un papel inferior y estaba sujeto (o subordinado) en lo que respecta al Padre. Este sistema de enseñanza

 

ARRIO

       Arrio nació en Libia alrededor del año 256 y murió en Constantinopla en el 336. Fue educado por Luciano, un presbítero de Antioquía. Más tarde en su vida Arrio se volvió presbítero en Alejandría. Mientras servía como presbítero, el obispo de esa ciudad, Alejandro, tuvo objeciones a sus visiones con respecto a la deidad eterna de Cristo y Su igualdad con el Padre.

       Alrededor del 318 empezó la controversia entre Arrio y Alejandro. La controversia entre los dos hombres se volvió cada vez más fuerte hasta aproximadamente el año 320, en cuyo tiempo el Sínodo en Alejandría condenó a Arrio y fue forzado a dejar la ciudad. No obstante, había aquellos que simpatizaban con Arrio, a saber, Eusebio de Cesarea y Eusebio de Nicodemia, y no pasó mucho tiempo antes de que muchas iglesias Asiáticas favorecieran su enseñanza.

       Más tarde, una reconciliación fue llevada a cabo entre Arrio y Alejandro, pero esta reconciliación no duró mucho porque una nueva contienda brotó entre los dos hombres la cual fue más violenta que la previa confrontación. Esto finalmente llevó al concilio de Nicea convocado por Constantino.

       A pesar de sus muchos amigos, Arrio fue derrotado en el concilio de Nicea (325 D.C.) y desterrado a Iliria. En breve, surgió un grupo de individuos que simpatizaban con las visiones de Arrio. En efecto, aquellos seguidores de Eusebio empezaron a exponer su causa mas abiertamente. A través de los esfuerzos de Constantina, la hermana del emperador, Arrio logró acceso a la corte del emperador. No fue poco tiempo antes de que fuera llamado de su destierro y se ordenara que fuera recibido de nuevo en la iglesia, pero murió el día antes de que ese evento ocurriera. Muchos vieron esto como Providencia Divina. En el momento de su muerte Arrio tenía 80 años de edad.

       Debe ser señalado que toda la información que tenemos con respecto a Arrio es derivada de las narraciones de la amarga controversia, las cuales fueron escritas por sus enemigos y oponentes.

 

LA HISTORIA DEL ARRIANISMO

       Las raíces del Arrianismo luchan por apoyarse profundamente en las diferencias de la doctrina Ante-Nicena del "logos". Orígenes atribuyó a Cristo la eternidad y otros atributos divinos, pero al mismo tiempo enseñó con igual énfasis una esencia separada y subordinación del Hijo al Padre. Orígenes observaba a Cristo como un Dios secundario, mientras consideraba que el Padre era "el Dios".

       En la parte Oriental de la Iglesia estas diferencias fueron discutidas y trajeron defensores de ambos lados. No obstante, un Sínodo en Antioquía en el 268 rechazó la doctrina de la identidad de sustancia (eso es, la eternidad y los otros atributos divinos de Cristo). A través de la escuela en Antioquía la doctrina de la subordinación de Cristo tuvo éxito. Luciano, un maestro en esta escuela de la cual Arrio era estudiante, ejerció una fuerte influencia sobre Arrio y sus visiones. Incluso, se ha llegado a afirmar que Luciano era el "Arrio antes de Arrio". Ésa es la realidad: Arrio no es tan original. Él empezó a enseñar y promover sus ideas, las cuales Orígenes y Luciano habían discutido en una forma muy libre. Arrio solidificó más o menos la enseñanza de la subordinación de Cristo.

       En una carta escrita por Arrio desde Nicodemia al Obispo Alejandro de Alejandría está el siguiente texto: Conocemos un solo Dios, solo increado, solo eterno, solo sin principio, solo verdadero, solo inmortal, solo enteramente bueno, solo poderoso, que crea, ordena y dispone todas las cosas, inalterable, inmutable, justo y enteramente bueno, Dios de la ley, de los profetas y del Nuevo Testamento. Este Dios engendró un Hijo unigénito antes de todos los siglos, por medio del cual creó los siglos y todas las cosas; nacido en apariencia, sino en verdad; obediente a su voluntad, inmutable e inalterable; criatura perfecta de Dios, pero no una más de las criaturas; hechura de Dios, pero no como las demás hechuras. Y no es el Hijo, como Valentín ha pensado, una prolación del Padre; ni, como lo explicó Maniqueo, es una parte de la única sustancia del Padre; ni como lo interpreta Sabelio, que separa la unión, que dijo que el Hijo era el mismo que el Padre; ni, como quiere Hieracas, es luz de luz o una lámpara dividida en dos partes. Ni tampoco aquel que existía antes, nació después o fue recreado como Hijo, como tú mismo, beatísimo padre, en medio de la Iglesia y en la asamblea has contradicho con frecuencia a los que introducen tales enseñanzas. Sino que es, como dijimos, creado por voluntad del Padre antes de los tiempos y los siglos, recibe del Padre la vida y el ser, y el Padre lo glorifica al hacerle partícipe de su ser. Y el Padre, al darle la herencia de todas las cosas, no se despojó de los atributos increados que posee, pues él es la fuente de todo. Por ello, tres son las personas: El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Y, ciertamente, Dios es la causa de todas las cosas, absolutamente el único sin comienzo. El Hijo salió del Padre fuera del tiempo, creado y constituido antes de los siglos, no existía antes de nacer, sino que, nacido fuera del tiempo antes de todas las cosas, recibe el ser él solo del Padre solo. Pero no es eterno, ni coeterno, ni increado juntamente con el Padre, ni tiene su ser a la vez con el Padre, como algunos dicen "respecto a otro", introduciendo dos principios no nacidos. Sino que como Dios es la unión y el principio de todas las cosas, así existe con anterioridad a todo. Por lo cual existe también antes que el Hijo, como lo aprendimos de tu predicación en medio de la Iglesia. Y por ello tiene de Dios el ser, la gloria y la vida, y todas las cosas le han sido entregadas según esto: Dios es su principio. Y Dios es superior a él, como su Dios, pues existe antes que él. Ya que si las palabras "de él" (Rom. 11:36), y "desde el seno" (Salmo 110:3), y "salí del Padre, y he venido" (Juan 16:28) se entienden como si se tratara de una parte de su única sustancia o como una prolación que se extiende, el Padre, según ellos, sería compuesto, divisible, cambiable y corpóreo, y, según sus mismas palabras, el Dios incorpóreo soportaría las consecuencias de la corporalidad. 

       La doctrina de Arrio podría ser resumida como sigue:

1. Hay solamente un Dios que es solo e engendrado, sin principio o fin.

2. La sabiduría y el logos moran dentro de Dios como los poderes que son acordes con Su sustancia y son por su naturaleza inseparables de esta.

3. Dios de Su libre voluntad, antes de que el mundo existiera, creó una sustancia independiente por medio de la cual todas las otras criaturas serían creadas. Este ser es denominado el Hijo.

4. Jesús no está relacionado y es independiente, estando totalmente separado de y diferente de la sustancia o naturaleza del Padre.

5. En vista de que el Hijo no está relacionado al Padre (eso es, con respecto a Su sustancia), El no es el Dios verdadero y por tanto, por naturaleza no tiene los atributos divinos.

6. El Hijo no es una criatura y producto como las otras criaturas. El es la criatura perfecta.

7. Las escrituras y la tradición afirman que Jesús verdaderamente tomó un cuerpo humano pero no tenía un alma humana.

8. Entre los otros poderes creados, el Espíritu Santo debe ser colocado al lado del Hijo como una segunda sustancia independiente. Arrio consideraba al Espíritu Santo como creación del Hijo y subordinado a El.

 

ARRIANISMO - 318 AL 325
(CONCILIO DE NICEA)

       El primero en oponerse a Arrio fue el obispo de Alejandría, Alejandro. El origen de la controversia entre los dos hombres es desconocida, pero la mayoría la colocan alrededor del año 318. En ese tiempo, Alejandro, tanto en la iglesia como en las reuniones presbiteriales había censurado y refutado la enseñanza de Arrio como una falsa doctrina. Alejandro siempre insistió sobre la naturaleza eterna del Hijo. Luego, Arrio abiertamente lo retaría.

       En los siguientes dos o tres años que siguieron, Alejandro convocó un sínodo de obispos en Alejandría, en el cual excomulgaron a Arrio y sus seguidores. No obstante, Arrio encontró que tenía muchos amigos poderosos. Uno de los más influyentes era Eusebio de Nicodemia, que procuró para Arrio un lugar de seguridad y refugio hasta el concilio de Nicea en el 325.

       Durante este tiempo (320-325) Arrio buscó ser reinstalado como presbítero en Alejandría. Esto solamente agitó la situación y lentamente envolvió a toda la Iglesia Oriental en una batalla terrenal. Este conflicto atrajo la atención del emperador, Constantino, quien a sugerencia de ciertos obispos convocó un concilio de la iglesia para clarificar la controversia Arriana.

       El concilio, convocado por Constantino para clarificar la controversia Arriana, se reunió en Nicea de Bitinia. Fue atendido por algunos 318 obispos y resultó en la formal condenación de Arrio. El concilio también adoptó el "Credo Niceno" que afirma en términos inequívocos la doctrina de la deidad eterna de Cristo. Este credo fue firmado por casi todos los obispos. Entre aquellos que no firmaron el credo estaban los obispos Egipcios, quienes, cuando se les pidió que firmaran y rehusaron, fueron desterrados junto con Arrio a Iliria. Siguiendo al concilio, los libros de Arrio fueron quemados y sus seguidores fueron marcados como enemigos de la iglesia.

       Los padres de la Iglesia primitiva concordaban esencialmente en la preexistencia de Jesucristo desde la eternidad en una relación única con Dios Padre; y en el concilio de Nicea, año 325 D.C., se proclamó oficialmente que Jesús era de la misma sustancia o naturaleza que el Padre. Los que discreparon de este pronunciamiento que la iglesia siempre ha mantenido, fueron excomulgados. Entre ellos se encontraba Arrio de Alejandría, el instruido presbítero padre cristológico de los Testigos de Jehová. Arrio sostenía que Jesucristo era un ser creado - la primera y más grande creación de Dios Padre -, que no había existido desde toda la eternidad, y que su único derecho a la divinidad procedía de haber sido creado en primer lugar y elevado al rango de una deidad3 

       Ya no disponemos de las actas del concilio de Nicea, si es que han existido alguna vez. Eusebio de Cesarea nos ha conservado el texto de la confesión de Nicea el cual dice:4 

Creemos en un Dios,

Padre todopoderoso,

el creador de todas las cosas

visibles e invisibles.

Y en un Señor Jesucristo,

el Verbo de Dios,

Dios de Dios,

luz de luz,

Hijo Unigénito,

primicia de toda la creación,

ante todos los siglos

engendrado del Padre,

y por medio del cual

todo fue hecho,

quien encarnado

por nuestra salvación

y habitando entre los hombres

y sufriendo y resucitando

al tercer día

y subiendo al Padre

y vendrá de nuevo con gloria

a juzgar a vivos y a muertos.

Creemos también en un

Espíritu Santo,

creemos que cada uno de ellos

es y existe,

que el Padre es verdaderamente

Padre,

y el Hijo verdaderamente Hijo

y el Espíritu Santo

verdaderamente Espíritu Santo,

como nuestro Señor lo ha dicho

al enviar a predicar

a sus discípulos:

"Id, enseñad a todas las gentes,

bautizándolas en el nombre

del Padre y del Hijo

y del Espíritu Santo" (Mat. 28:19).

 

Arrianismo - 325 hasta el 381 

       Durante el tiempo entre los concilios de Nicea y Constantinopla fueron peleadas las principales batallas sobre el Arrianismo. Fue durante este período que ambos lados de la controversia invocaron concilios y lanzaron acusaciones y declaraciones las cuales estaban dirigidas contra la oposición. La controversia se volvió un tema de habla diario entre las personas corrientes. A través de toda la Iglesia Oriental la persona promedio estaba argumentando con sus amigos y vecinos sobre estos temas.

       Mientras las personas comunes estaban argumentando sobre estos temas surgieron dos hombres de entre las iglesias líderes para dirigir cada una de las dos partes. Atanasio se convirtió en el líder de la parte ortodoxa. El sucedió a Alejandro como obispo de Alejandría en el 326. Eusebio de Nicodemia se convirtió en el líder de la facción Arriana. Constantino, a través de la influencia de Eusebio, se volvió favorable hacia Arrio y ordenó que fuera llamado de su destierro y se le restaurara en la iglesia en Constantinopla. Como ya se anotó, Arrio murió el día antes de que este evento ocurriera.

       Durante este tiempo, la iglesia en el Occidente aceptó la enseñanza contenida en el Credo Niceno, pero en el Oriente el Credo Niceno fue rechazado por muchos. Esta oposición continuó hasta cerca del 373 en cuyo tiempo Atanasio murió y tres obispos Capadocios, Basilio el Grande, Gregorio de Nacianceno y Gregorio de Niceno empezaron a tomar el papel dominante en la defensa de "la posición ortodoxa".

       En el 379 Gregorio Nacianceno fue llamado a Constantinopla y a su arribo encontró solamente una pequeña congregación en la ciudad que no se había vuelto Arriana. A través de su enseñanza sobre la Deidad de Cristo empezó a ganar muchos conversos y de esta manera fortaleció la posición ortodoxa en esa área.

       Cerca de dos años después Teodosio, un Español por nacimiento y un exaltado en la fe Nicena, se convirtió en emperador y al entrar en Constantinopla removió a aquellos de creencia Arriana de los cargos de las varias iglesias. En su lugar colocó a aquellos que sostenían la visión ortodoxa. Fue durante su reinado que la principal influencia del Arrianismo fue quebrada de una vez por todas. En el 381 invocó a la iglesia conjuntamente para otro concilio que fue tenido en Constantinopla. Este concilio aclaró y puso fin al conflicto Arriano que había plagado a la Iglesia Oriental.

 

Arrianismo - Su Ultima Influencia 

       Mientras el concilio de Constantinopla (381) puso fin a la mayor embestida del Arrianismo, ha habido aquellos que han tratado de revivir algunas formas de este. Sin embargo, estos reavivamientos usualmente fueron en lugares aislados y no duraron mucho tiempo. En los siglos 6º y 7º los Bárbaros (Ostrogodos, Visigodos, Suevos, Vándalos, y los Borgoñones) de la Europa occidental adoptaron algunas formas de Arrianismo, pero para el siglo 8º ya habían desistido. En el siglo 17 en Inglaterra, Milton e Isaac Newton aceptaron alguna forma desprendida de Arrianismo. Aquellos dos reavivamientos tuvieron poca influencia y ganaron poco terreno.

       Hoy día casi la más fuerte influencia Arriana que tenemos está entre los Testigos de Jehová. Esta secta fue empezada por Charles Russell casi en la mitad de 1870. Siguiendo a una división que ocurrió en 1917 por el material publicado en un libro por Russell, J.F. Rutherford se convirtió en el líder del más grande de los dos grupos que hoy día llevan el nombre "Testigos de Jehová". A la muerte de Rutherford, Nathan Knorr se convirtió en el líder de este grupo.

       Los modernos Testigos de Jehová sostienen mucho de la misma posición que Arrio sostenía con respecto a Cristo. Charles Russell en un libro que escribió, Studies in the Scriptures, empezó a enseñar el Arrianismo. Este libro fue aceptado por sus seguidores. En una investigación de la literatura reciente que sale de los Testigos de Jehová, uno puede ver que alguna forma de Arrianismo aún es enseñada. Los Testigos de Jehová creen que hay solamente un Dios y que en algún tiempo en las épocas pasadas El creó al Hijo (o Logos). Enseñan, como Arrio, que Cristo no es de la misma sustancia y naturaleza que Dios. El término "Hijo de Dios" es un título meramente de cortesía.

       Los Testigos de Jehová usan muchos de los mismos pasajes usados por Arrio para apoyar su enseñanza. Tales pasajes como Prov. 8:22; Col. 1:15; Juan 14:28 y Marcos 13:32 pueden ser encontrados en la mayoría de la literatura de los Testigos para apoyar su posición. Debiera ser notado que hay algunas áreas en que los Testigos de Jehová difieren de Arrio. Arrio enseñaba que Cristo en el curso del tiempo asumió un cuerpo humano, aunque no adquirió un alma humana. Los Testigos enseñan que Cristo dejó de ser un ángel en la tierra y se convirtió en un simple hombre (alma y cuerpo). Arrio enseñaba que Cristo continuó siendo el Logos mientras estaba en la tierra. Los Testigos enseñan la discontinuidad entre el estado prehumano y humano de Cristo. Arrio no negó la personalidad del Espíritu Santo, aunque negaba Su Deidad. Los Testigos niegan que el Espíritu Santo tenga personalidad.

       Como se mencionó antes, los Testigos toman la posición Arriana de que el Hijo no es igual al Padre, sino de que en algún punto en el tiempo fue creado por El. Mientras puede haber otros grupos que acepten algunas formas de Arrianismo, los Testigos de Jehová son una de las sectas más grandes entre el "Cristianismo" que hace eso.

       Para que el lector se forme una idea de la posición de los Testigos en cuanto a la Divinidad de Jesucristo, dicen:

Enseñanzas de Charles Taze Russell o "ruselismo"

Doctrinas de los Testigos de Jehová

El Dios Uno y Trino (Hablando de Juan 1:1-3)

1. "Este concepto [la Trinidad] se adapta bien a la `era de obscurantismo' que ayudó a crear" (Studies in the Scriptures, Vol. 5, Pág. 166).

2. "Esta teoría... es tan antibíblica como poco razonable" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 166).

3. "Si no fuera porque este disparate trinitario nos ha sido inculcado desde la más tierna infancia, y porque es enseñado solemnemente en los seminarios teológicos por profesores canosos... nadie le dedicaría un momento de seria consideración" (Ibíd, Vol. 5, Pág. 166).

1. "¿Significa eso que Jehová Dios (Elohim) y el ... Hijo son dos personas pero al mismo tiempo un Dios y miembros de una supuesta `trinidad' o `dios trino'? Cuando la religión así lo enseña, viola la Palabra de Dios, tuerce las Escrituras para perdición de los que son engañados, e insulta la inteligencia y la razón dadas por Dios" (La Verdad Os Hará Libres Pág. 45).

2. "Lo que causa la confusión es una traducción inadecuada de Juan 1:1-3 ... ya que tal traducción fue hecha por religiosos fanáticos que trataron de fabricar pruebas para su enseñanza acerca de una `trinidad'" (Ibíd, Págs. 45-46).

3." La conclusión obvia, por lo tanto, es que Satanás es quien originó la doctrina de la 'trinidad'" (Sea Dios Veraz, Pág. 82).

La Deidad de Jesucristo

1. "Nuestro Señor Jesucristo es un Dios... aún así, la voz unánime de las Escrituras afirma enfáticamente que sólo hay un Dios todopoderoso, el Padre de todos" (Studies in the Scriptures, Vol. 5, Pág. 55).

2. "Nuestro Redentor existía como un ser espiritual antes de hacerse carne y habitar entre los hombres. En aquel entonces, como también más tarde, se le conocía propiamente como `un dios' - uno poderoso" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 84).

3. "El Logos [Cristo] mismo fue `el principio de la creación de Dios'" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 86).

4. "Como jefe de los ángeles y segundo después del Padre, el [Cristo] era conocido como el Arcángel (él ángel más alto, o el mensajero), cuyo nombre, Miguel, significa `Quién como Dios' o `el Representante de Dios'" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 84).

1. "Las verdaderas Escrituras hablan del Hijo de Dios - el Verbo - como de `un dios', pero no el Todopoderoso Dios, Jehová - Isaías 9:6" (La Verdad Os Hará Libres Pág. 47).

2. "Comenzó su existencia al ser creado por el eterno Dios, Jehová, sin la ayuda o instrumentalidad de ninguna madre. En otras palabras: él fue la primera y directa creación de Jehová Dios... él que constituyó el comienzo de la obra creadora de Dios... El no era una encarnación, sino carne, un Hijo de Dios humano, un hombre perfecto que había dejado de ser espíritu, aunque con un pasado y un trasfondo espiritual o celestial" (El Reino se ha Acercado, Págs. 46,47,49).

3. "Este no era Jehová Dios, pero estaba `existiendo en forma de Dios'... Era una persona espiritual... él era un poderoso, aun cuando no todopoderoso como Jehová Dios... el era un dios, pero no el Todopoderoso Dios, que es Jehová" (Sea Dios Veraz, Págs. 34-35).

4. "Siendo el unigénito Hijo de Dios... el Verbo sería un príncipe entre todas las otras criaturas. En este cargo él [Cristo] tenía otro nombre en el cielo: `Miguel'... Con el paso del tiempo el Hijo recibió también otros nombres" (La Verdad os Hará Libres Pág. 49).


       Sigamos todavía un poco más la lógica de los Testigos. En los diferentes artículos de La Atalaya, hay otros dos términos que se repiten constantemente: "igual" y "coeterno". Dichos términos se utilizan unas seis veces en este artículo en particular, y en cada uno de ellas se niega que Jesucristo sea igual o juntamente eterno con Dios su Padre. Esto es lo que dice la Atalaya del 1º de Enero, de 1953, Págs. 21-24:

"Vemos a Dios en el cielo como el Ser Supremo ... Vemos a su Hijo sobre la tierra expresando deleite en hacer la voluntad del Padre - dos personalidades claramente separadas y distintas, nada iguales en absoluto -... Ninguna cosa aquí (Mateo 28:18-20) indica que [el Espíritu Santo] sea una persona, y mucho menos que sea igual a Jehová Dios. El mismo hecho de que el Hijo recibiera su vida del Padre demuestra que no podría ser coeterno con él (Juan 1:18; 6:57) ... Tampoco se puede argumentar que Dios fuese superior a Jesús sólo porque éste entonces era hombre; ya que Pablo deja claro que Cristo Jesús, en su forma prehumana, no era igual a su Padre. En Filipenses 2:1-11 (Traducción del Nuevo Mundo) el apóstol aconseja a los cristianos que no se dejen motivar por el egoísmo sino que tengan humildad de mente, como Cristo Jesús, quien, aunque existía en forma de Dios antes de venir a la tierra, no fue ambicioso queriendo ser igual a su padre ... Jesús no pretendía ser El Dios, sino sólo el Hijo de Dios. El que Jesús es inferior a su Padre es también evidente ... etc... El Espíritu Santo es la fuerza activa de Dios ... No hay ninguna base para concluir que el Espíritu Santo sea una Persona ... Sí, la Trinidad tiene su origen en el concepto pagano de una multiplicidad, pluralidad o panteón de dioses. La ley que Jehová Dios dio a los judíos afirmaba diametralmente lo contrario: "Jehová nuestro Dios es un solo Jehová (Deuteronomio 6:4).

 

Conclusión 

       En conclusión, lo siguiente puede ser dicho acerca de Arrio y el Arrianismo. El Arrianismo era un movimiento que había sido desarrollado en la mente de los "padres de la iglesia" de los siglos 2º y 3º. Este movimiento fue traído a un climax con Arrio. La principal acometida de la controversia Arriana estuvo en la parte Oriental de la iglesia entre los años 325 y 381. Después del concilio de Constantinopla en el 381 el Arrianismo no continuó siendo la principal amenaza para la iglesia Católica. No obstante, a través de los años, incluyendo el presente, ha habido aquellos que han expuesto las enseñanzas de Arrio.

 

Bibliografía 

The Nicene and Post - Nicene Fathers (Second Series) Vol. 4. Gran Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1961.

Harnack, Adolph. History of Dogma, Vol. 4. New York: Russell and Russell, 1958.

Hastings, James. Encyclopedia of Religion and Ethics, Vol. 1. New York: Charles Scribner's Son, 1955.

Hoekema, Anthony. The Four Major Cults. Grand Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1963.

Martin, Walter R. The Kingdom of Cults. Minneapolis: Bethany Fellowship, Inc. 1965.

Schaff, Philip. History of the Christian Church, Vol. 3. Gran Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1971.

Schaff-Herzog. Encyclopedia of Religious Knowledge, Vol. 1. New York: Funk and Wagnalls Company, 1908.

 


Anotaciones al Pie 

1 Gospel Anchor, Vol. 4, Pág. 59-62, Brooks Cochran.

2 La Trinidad, Hilario de Poitiers, Págs. 153-154.

3 Los Testigos de Jehová, Walter Martin, Págs. 39,52,124-125.

4 Cristo Ayer y Hoy, Págs. 125,127.

 

 

 

Arrio - Su Vida 

       Arrio nació en Libia alrededor del año 256 y murió en Constantinopla en el 336. Fue educado por Luciano, un presbítero de Antioquía. Más tarde en su vida Arrio se volvió presbítero en Alejandría. Mientras servía como presbítero, el obispo de esa ciudad, Alejandro, tuvo objeciones a sus visiones con respecto a la deidad eterna de Cristo y Su igualdad con el Padre.

       Alrededor del 318 empezó la controversia entre Arrio y Alejandro. La controversia entre los dos hombres se volvió cada vez más fuerte hasta aproximadamente el año 320, en cuyo tiempo el Sínodo en Alejandría condenó a Arrio y fue forzado a dejar la ciudad. No obstante, había aquellos que simpatizaban con Arrio, a saber, Eusebio de Cesarea y Eusebio de Nicodemia, y no pasó mucho tiempo antes de que muchas iglesias Asiáticas favorecieran su enseñanza.

       Más tarde, una reconciliación fue llevada a cabo entre Arrio y Alejandro, pero esta reconciliación no duró mucho porque una nueva contienda brotó entre los dos hombres la cual fue más violenta que la previa confrontación. Esto finalmente llevó al concilio de Nicea convocado por Constantino.

       A pesar de sus muchos amigos, Arrio fue derrotado en el concilio de Nicea (325 D.C.) y desterrado a Iliria. En breve, surgió un grupo de individuos que simpatizaban con las visiones de Arrio. En efecto, aquellos seguidores de Eusebio empezaron a exponer su causa mas abiertamente. A través de los esfuerzos de Constantina, la hermana del emperador, Arrio logró acceso a la corte del emperador. No fue poco tiempo antes de que fuera llamado de su destierro y se ordenara que fuera recibido de nuevo en la iglesia, pero murió el día antes de que ese evento ocurriera. Muchos vieron esto como Providencia Divina. En el momento de su muerte Arrio tenía 80 años de edad.

       Debe ser señalado que toda la información que tenemos con respecto a Arrio es derivada de las narraciones de la amarga controversia, las cuales fueron escritas por sus enemigos y oponentes.

 

La Historia del Arrianismo 

       Para entender la historia del Arrianismo uno necesita considerar las condiciones que existían en la iglesia Católica al tiempo del nacimiento de Arrio. Las raíces del Arrianismo luchan por apoyarse profundamente en las diferencias de la doctrina Ante-Nicena del "logos". Orígenes atribuyó a Cristo la eternidad y otros atributos divinos, pero al mismo tiempo enseñó con igual énfasis una esencia separada y subordinación del Hijo al Padre. Orígenes observaba a Cristo como un Dios secundario, mientras consideraba que el Padre era "el Dios".

       En la parte Oriental de la iglesia estas diferencias fueron discutidas y trajeron defensores de ambos lados. No obstante, un Sínodo en Antioquía en el 268 rechazó la doctrina de la identidad de sustancia (eso es, la eternidad y los otros atributos divinos de Cristo). A través de la escuela en Antioquía la doctrina de la subordinación de Cristo tuvo éxito. Luciano, un maestro en esta escuela de la cual Arrio era estudiante, ejerció una fuerte influencia sobre Arrio y sus visiones. Algunos han ido más allá para decir que Luciano era el "Arrio antes de Arrio". Para ser objetivos debemos decir que los pensamientos y enseñanzas de Arrio estaban siendo discutidos mucho antes de que Arrio empezara a proclamar sus visiones. Arrio empezó a enseñar y promover sus ideas las cuales Orígenes y Luciano habían discutido en una forma muy libre. Arrio solidificó más o menos la enseñanza de la subordinación de Cristo.

       En una carta escrita por Arrio desde Nicodemia al Obispo Alejandro de Alejandría está el siguiente texto:2 

Conocemos un solo Dios, solo increado, solo eterno, solo sin principio, solo verdadero, solo inmortal, solo enteramente bueno, solo poderoso, que crea, ordena y dispone todas las cosas, inalterable, inmutable, justo y enteramente bueno, Dios de la ley, de los profetas y del Nuevo Testamento. Este Dios engendró un Hijo unigénito antes de todos los siglos, por medio del cual creó los siglos y todas las cosas; nacido en apariencia, sino en verdad; obediente a su voluntad, inmutable e inalterable; criatura perfecta de Dios, pero no una más de las criaturas; hechura de Dios, pero no como las demás hechuras. Y no es el Hijo, como Valentín ha pensado, una prolación del Padre; ni, como lo explicó Maniqueo, es una parte de la única sustancia del Padre; ni como lo interpreta Sabelio, que separa la unión, que dijo que el Hijo era el mismo que el Padre; ni, como quiere Hieracas, es luz de luz o una lámpara dividida en dos partes. Ni tampoco aquel que existía antes, nació después o fue recreado como Hijo, como tú mismo, beatísimo padre, en medio de la Iglesia y en la asamblea has contradicho con frecuencia a los que introducen tales enseñanzas. Sino que es, como dijimos, creado por voluntad del Padre antes de los tiempos y los siglos, recibe del Padre la vida y el ser, y el Padre lo glorifica al hacerle partícipe de su ser. Y el Padre, al darle la herencia de todas las cosas, no se despojó de los atributos increados que posee, pues él es la fuente de todo.

Por ello, tres son las personas: El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Y, ciertamente, Dios es la causa de todas las cosas, absolutamente el único sin comienzo. El Hijo salió del Padre fuera del tiempo, creado y constituido antes de los siglos, no existía antes de nacer, sino que, nacido fuera del tiempo antes de todas las cosas, recibe el ser él solo del Padre solo. Pero no es eterno, ni coeterno, ni increado juntamente con el Padre, ni tiene su ser a la vez con el Padre, como algunos dicen "respecto a otro", introduciendo dos principios no nacidos. Sino que como Dios es la unión y el principio de todas las cosas, así existe con anterioridad a todo. Por lo cual existe también antes que el Hijo, como lo aprendimos de tu predicación en medio de la Iglesia. Y por ello tiene de Dios el ser, la gloria y la vida, y todas las cosas le han sido entregadas según esto: Dios es su principio. Y Dios es superior a él, como su Dios, pues existe antes que él. Ya que si las palabras "de él" (Rom. 11:36), y "desde el seno" (Salmo 110:3), y "salí del Padre, y he venido" (Juan 16:28) se entienden como si se tratara de una parte de su única sustancia o como una prolación que se extiende, el Padre, según ellos, sería compuesto, divisible, cambiable y corpóreo, y, según sus mismas palabras, el Dios incorpóreo soportaría las consecuencias de la corporalidad. 

       La doctrina de Arrio podría ser resumida como sigue:

1. Hay solamente un Dios que es solo e engendrado, sin principio o fin.

2. La sabiduría y el logos moran dentro de Dios como los poderes que son acordes con Su sustancia y son por su naturaleza inseparables de esta.

3. Dios de Su libre voluntad, antes de que el mundo existiera, creó una sustancia independiente por medio de la cual todas las otras criaturas serían creadas. Este ser es denominado el Hijo.

4. Jesús no está relacionado y es independiente, estando totalmente separado de y diferente de la sustancia o naturaleza del Padre.

5. En vista de que el Hijo no está relacionado al Padre (eso es, con respecto a Su sustancia), El no es el Dios verdadero y por tanto, por naturaleza no tiene los atributos divinos.

6. El Hijo no es una criatura y producto como las otras criaturas. El es la criatura perfecta.

7. Las escrituras y la tradición afirman que Jesús verdaderamente tomó un cuerpo humano pero no tenía un alma humana.

8. Entre los otros poderes creados, el Espíritu Santo debe ser colocado al lado del Hijo como una segunda sustancia independiente. Arrio consideraba al Espíritu Santo como creación del Hijo y subordinado a El.

 

Arrianismo - 318 al 325
(Concilio de Nicea)
 

       El primero en oponerse a Arrio fue el obispo de Alejandría, Alejandro. El origen de la controversia entre los dos hombres es desconocida, pero la mayoría la colocan alrededor del año 318. En ese tiempo, Alejandro, tanto en la iglesia como en las reuniones presbiteriales había censurado y refutado la enseñanza de Arrio como una falsa doctrina. Alejandro dio mas o menos el primer impulso a la controversia por medio de insistir sobre la naturaleza eterna del Hijo. Luego, Arrio abiertamente lo retaría.

       En los siguientes dos o tres años que siguieron, Alejandro convocó a un sínodo de obispos en Alejandría e inmediatamente excomulgaron a Arrio y a sus seguidores. No obstante, Arrio encontró que tenía muchos amigos poderosos. Uno de los más influyentes era Eusebio de Nicodemia. Eusebio proveyó un lugar de seguridad y refugio para Arrio hasta el concilio de Nicea, el cual se reunió en el 325.

       Durante este tiempo (320-325) Arrio buscó ser reinstalado como presbítero en Alejandría. Esto solamente agitó la situación y lentamente envolvió a toda la Iglesia Oriental en una batalla terrenal. Este conflicto atrajo la atención del emperador, Constantino, quien a sugerencia de ciertos obispos convocó un concilio de la iglesia para clarificar la controversia Arriana.

 

Arrianismo - El Concilio de Nicea (325) 

       El concilio, convocado por Constantino para clarificar la controversia Arriana, se reunió en Nicea de Bitinia. Fue atendido por algunos 318 obispos y resultó en la formal condenación de Arrio. El concilio también adoptó el "Credo Niceno" que afirma en términos inequívocos la doctrina de la deidad eterna de Cristo. Este credo fue firmado por casi todos los obispos. Entre aquellos que no firmaron el credo estaban los obispos Egipcios, quienes, cuando se les pidió que firmaran y rehusaron, fueron desterrados junto con Arrio a Iliria. Siguiendo al concilio, los libros de Arrio fueron quemados y sus seguidores fueron marcados como enemigos de la iglesia.

       Los padres de la Iglesia primitiva concordaban esencialmente en la preexistencia de Jesucristo desde la eternidad en una relación única con Dios Padre; y en el concilio de Nicea, año 325 D.C., se proclamó oficialmente que Jesús era de la misma sustancia o naturaleza que el Padre. Los que discreparon de este pronunciamiento que la iglesia siempre ha mantenido, fueron excomulgados. Entre ellos se encontraba Arrio de Alejandría, el instruido presbítero padre cristológico de los Testigos de Jehová. Arrio sostenía que Jesucristo era un ser creado - la primera y más grande creación de Dios Padre -, que no había existido desde toda la eternidad, y que su único derecho a la divinidad procedía de haber sido creado en primer lugar y elevado al rango de una deidad3 

       Ya no disponemos de las actas del concilio de Nicea, si es que han existido alguna vez. Eusebio de Cesarea nos ha conservado el texto de la confesión de Nicea el cual dice:4 

Creemos en un Dios,

Padre todopoderoso,

el creador de todas las cosas

visibles e invisibles.

Y en un Señor Jesucristo,

el Verbo de Dios,

Dios de Dios,

luz de luz,

Hijo Unigénito,

primicia de toda la creación,

ante todos los siglos

engendrado del Padre,

y por medio del cual

todo fue hecho,

quien encarnado

por nuestra salvación

y habitando entre los hombres

y sufriendo y resucitando

al tercer día

y subiendo al Padre

y vendrá de nuevo con gloria

a juzgar a vivos y a muertos.

Creemos también en un

Espíritu Santo,

creemos que cada uno de ellos

es y existe,

que el Padre es verdaderamente

Padre,

y el Hijo verdaderamente Hijo

y el Espíritu Santo

verdaderamente Espíritu Santo,

como nuestro Señor lo ha dicho

al enviar a predicar

a sus discípulos:

"Id, enseñad a todas las gentes,

bautizándolas en el nombre

del Padre y del Hijo

y del Espíritu Santo" (Mat. 28:19).

 

Arrianismo - 325 hasta el 381 

       Durante el tiempo entre los concilios de Nicea y Constantinopla fueron peleadas las principales batallas sobre el Arrianismo. Fue durante este período que ambos lados de la controversia invocaron concilios y lanzaron acusaciones y declaraciones las cuales estaban dirigidas contra la oposición. La controversia se volvió un tema de habla diario entre las personas corrientes. A través de toda la Iglesia Oriental la persona promedio estaba argumentando con sus amigos y vecinos sobre estos temas.

       Mientras las personas comunes estaban argumentando sobre estos temas surgieron dos hombres de entre las iglesias líderes para dirigir cada una de las dos partes. Atanasio se convirtió en el líder de la parte ortodoxa. El sucedió a Alejandro como obispo de Alejandría en el 326. Eusebio de Nicodemia se convirtió en el líder de la facción Arriana. Constantino, a través de la influencia de Eusebio, se volvió favorable hacia Arrio y ordenó que fuera llamado de su destierro y se le restaurara en la iglesia en Constantinopla. Como ya se anotó, Arrio murió el día antes de que este evento ocurriera.

       Durante este tiempo, la iglesia en el Occidente aceptó la enseñanza contenida en el Credo Niceno, pero en el Oriente el Credo Niceno fue rechazado por muchos. Esta oposición continuó hasta cerca del 373 en cuyo tiempo Atanasio murió y tres obispos Capadocios, Basilio el Grande, Gregorio de Nacianceno y Gregorio de Niceno empezaron a tomar el papel dominante en la defensa de "la posición ortodoxa".

       En el 379 Gregorio Nacianceno fue llamado a Constantinopla y a su arribo encontró solamente una pequeña congregación en la ciudad que no se había vuelto Arriana. A través de su enseñanza sobre la Deidad de Cristo empezó a ganar muchos conversos y de esta manera fortaleció la posición ortodoxa en esa área.

       Cerca de dos años después Teodosio, un Español por nacimiento y un exaltado en la fe Nicena, se convirtió en emperador y al entrar en Constantinopla removió a aquellos de creencia Arriana de los cargos de las varias iglesias. En su lugar colocó a aquellos que sostenían la visión ortodoxa. Fue durante su reinado que la principal influencia del Arrianismo fue quebrada de una vez por todas. En el 381 invocó a la iglesia conjuntamente para otro concilio que fue tenido en Constantinopla. Este concilio aclaró y puso fin al conflicto Arriano que había plagado a la Iglesia Oriental.

 

Arrianismo - Su Ultima Influencia 

       Mientras el concilio de Constantinopla (381) puso fin a la mayor embestida del Arrianismo, ha habido aquellos que han tratado de revivir algunas formas de este. Sin embargo, estos reavivamientos usualmente fueron en lugares aislados y no duraron mucho tiempo. En los siglos 6º y 7º los Bárbaros (Ostrogodos, Visigodos, Suevos, Vándalos, y los Borgoñones) de la Europa occidental adoptaron algunas formas de Arrianismo, pero para el siglo 8º ya habían desistido. En el siglo 17 en Inglaterra, Milton e Isaac Newton aceptaron alguna forma desprendida de Arrianismo. Aquellos dos reavivamientos tuvieron poca influencia y ganaron poco terreno.

       Hoy día casi la más fuerte influencia Arriana que tenemos está entre los Testigos de Jehová. Esta secta fue empezada por Charles Russell casi en la mitad de 1870. Siguiendo a una división que ocurrió en 1917 por el material publicado en un libro por Russell, J.F. Rutherford se convirtió en el líder del más grande de los dos grupos que hoy día llevan el nombre "Testigos de Jehová". A la muerte de Rutherford, Nathan Knorr se convirtió en el líder de este grupo.

       Los modernos Testigos de Jehová sostienen mucho de la misma posición que Arrio sostenía con respecto a Cristo. Charles Russell en un libro que escribió, Studies in the Scriptures, empezó a enseñar el Arrianismo. Este libro fue aceptado por sus seguidores. En una investigación de la literatura reciente que sale de los Testigos de Jehová, uno puede ver que alguna forma de Arrianismo aún es enseñada. Los Testigos de Jehová creen que hay solamente un Dios y que en algún tiempo en las épocas pasadas El creó al Hijo (o Logos). Enseñan, como Arrio, que Cristo no es de la misma sustancia y naturaleza que Dios. El término "Hijo de Dios" es un título meramente de cortesía.

       Los Testigos de Jehová usan muchos de los mismos pasajes usados por Arrio para apoyar su enseñanza. Tales pasajes como Prov. 8:22; Col. 1:15; Juan 14:28 y Marcos 13:32 pueden ser encontrados en la mayoría de la literatura de los Testigos para apoyar su posición. Debiera ser notado que hay algunas áreas en que los Testigos de Jehová difieren de Arrio. Arrio enseñaba que Cristo en el curso del tiempo asumió un cuerpo humano, aunque no adquirió un alma humana. Los Testigos enseñan que Cristo dejó de ser un ángel en la tierra y se convirtió en un simple hombre (alma y cuerpo). Arrio enseñaba que Cristo continuó siendo el Logos mientras estaba en la tierra. Los Testigos enseñan la discontinuidad entre el estado prehumano y humano de Cristo. Arrio no negó la personalidad del Espíritu Santo, aunque negaba Su Deidad. Los Testigos niegan que el Espíritu Santo tenga personalidad.

       Como se mencionó antes, los Testigos toman la posición Arriana de que el Hijo no es igual al Padre, sino de que en algún punto en el tiempo fue creado por El. Mientras puede haber otros grupos que acepten algunas formas de Arrianismo, los Testigos de Jehová son una de las sectas más grandes entre el "Cristianismo" que hace eso.

       Para que el lector se forme una idea de la posición de los Testigos en cuanto a la Divinidad de Jesucristo, dicen:

Enseñanzas de Charles Taze Russell o "ruselismo"

Doctrinas de los Testigos de Jehová

El Dios Uno y Trino (Hablando de Juan 1:1-3)

1. "Este concepto [la Trinidad] se adapta bien a la `era de obscurantismo' que ayudó a crear" (Studies in the Scriptures, Vol. 5, Pág. 166).

2. "Esta teoría... es tan antibíblica como poco razonable" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 166).

3. "Si no fuera porque este disparate trinitario nos ha sido inculcado desde la más tierna infancia, y porque es enseñado solemnemente en los seminarios teológicos por profesores canosos... nadie le dedicaría un momento de seria consideración" (Ibíd, Vol. 5, Pág. 166).

1. "¿Significa eso que Jehová Dios (Elohim) y el ... Hijo son dos personas pero al mismo tiempo un Dios y miembros de una supuesta `trinidad' o `dios trino'? Cuando la religión así lo enseña, viola la Palabra de Dios, tuerce las Escrituras para perdición de los que son engañados, e insulta la inteligencia y la razón dadas por Dios" (La Verdad Os Hará Libres Pág. 45).

2. "Lo que causa la confusión es una traducción inadecuada de Juan 1:1-3 ... ya que tal traducción fue hecha por religiosos fanáticos que trataron de fabricar pruebas para su enseñanza acerca de una `trinidad'" (Ibíd, Págs. 45-46).

3." La conclusión obvia, por lo tanto, es que Satanás es quien originó la doctrina de la 'trinidad'" (Sea Dios Veraz, Pág. 82).

La Deidad de Jesucristo

1. "Nuestro Señor Jesucristo es un Dios... aún así, la voz unánime de las Escrituras afirma enfáticamente que sólo hay un Dios todopoderoso, el Padre de todos" (Studies in the Scriptures, Vol. 5, Pág. 55).

2. "Nuestro Redentor existía como un ser espiritual antes de hacerse carne y habitar entre los hombres. En aquel entonces, como también más tarde, se le conocía propiamente como `un dios' - uno poderoso" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 84).

3. "El Logos [Cristo] mismo fue `el principio de la creación de Dios'" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 86).

4. "Como jefe de los ángeles y segundo después del Padre, el [Cristo] era conocido como el Arcángel (él ángel más alto, o el mensajero), cuyo nombre, Miguel, significa `Quién como Dios' o `el Representante de Dios'" (Ibíd., Vol. 5, Pág. 84).

1. "Las verdaderas Escrituras hablan del Hijo de Dios - el Verbo - como de `un dios', pero no el Todopoderoso Dios, Jehová - Isaías 9:6" (La Verdad Os Hará Libres Pág. 47).

2. "Comenzó su existencia al ser creado por el eterno Dios, Jehová, sin la ayuda o instrumentalidad de ninguna madre. En otras palabras: él fue la primera y directa creación de Jehová Dios... él que constituyó el comienzo de la obra creadora de Dios... El no era una encarnación, sino carne, un Hijo de Dios humano, un hombre perfecto que había dejado de ser espíritu, aunque con un pasado y un trasfondo espiritual o celestial" (El Reino se ha Acercado, Págs. 46,47,49).

3. "Este no era Jehová Dios, pero estaba `existiendo en forma de Dios'... Era una persona espiritual... él era un poderoso, aun cuando no todopoderoso como Jehová Dios... el era un dios, pero no el Todopoderoso Dios, que es Jehová" (Sea Dios Veraz, Págs. 34-35).

4. "Siendo el unigénito Hijo de Dios... el Verbo sería un príncipe entre todas las otras criaturas. En este cargo él [Cristo] tenía otro nombre en el cielo: `Miguel'... Con el paso del tiempo el Hijo recibió también otros nombres" (La Verdad os Hará Libres Pág. 49).


       Sigamos todavía un poco más la lógica de los Testigos. En los diferentes artículos de La Atalaya, hay otros dos términos que se repiten constantemente: "igual" y "coeterno". Dichos términos se utilizan unas seis veces en este artículo en particular, y en cada uno de ellas se niega que Jesucristo sea igual o juntamente eterno con Dios su Padre. Esto es lo que dice la Atalaya del 1º de Enero, de 1953, Págs. 21-24:

"Vemos a Dios en el cielo como el Ser Supremo ... Vemos a su Hijo sobre la tierra expresando deleite en hacer la voluntad del Padre - dos personalidades claramente separadas y distintas, nada iguales en absoluto -... Ninguna cosa aquí (Mateo 28:18-20) indica que [el Espíritu Santo] sea una persona, y mucho menos que sea igual a Jehová Dios. El mismo hecho de que el Hijo recibiera su vida del Padre demuestra que no podría ser coeterno con él (Juan 1:18; 6:57) ... Tampoco se puede argumentar que Dios fuese superior a Jesús sólo porque éste entonces era hombre; ya que Pablo deja claro que Cristo Jesús, en su forma prehumana, no era igual a su Padre. En Filipenses 2:1-11 (Traducción del Nuevo Mundo) el apóstol aconseja a los cristianos que no se dejen motivar por el egoísmo sino que tengan humildad de mente, como Cristo Jesús, quien, aunque existía en forma de Dios antes de venir a la tierra, no fue ambicioso queriendo ser igual a su padre ... Jesús no pretendía ser El Dios, sino sólo el Hijo de Dios. El que Jesús es inferior a su Padre es también evidente ... etc... El Espíritu Santo es la fuerza activa de Dios ... No hay ninguna base para concluir que el Espíritu Santo sea una Persona ... Sí, la Trinidad tiene su origen en el concepto pagano de una multiplicidad, pluralidad o panteón de dioses. La ley que Jehová Dios dio a los judíos afirmaba diametralmente lo contrario: "Jehová nuestro Dios es un solo Jehová (Deuteronomio 6:4).

 

Conclusión 

       En conclusión, lo siguiente puede ser dicho acerca de Arrio y el Arrianismo. El Arrianismo era un movimiento que había sido desarrollado en la mente de los "padres de la iglesia" de los siglos 2º y 3º. Este movimiento fue traído a un climax con Arrio. La principal acometida de la controversia Arriana estuvo en la parte Oriental de la iglesia entre los años 325 y 381. Después del concilio de Constantinopla en el 381 el Arrianismo no continuó siendo la principal amenaza para la iglesia Católica. No obstante, a través de los años, incluyendo el presente, ha habido aquellos que han expuesto las enseñanzas de Arrio.

 

Bibliografía 

The Nicene and Post - Nicene Fathers (Second Series) Vol. 4. Gran Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1961.

Harnack, Adolph. History of Dogma, Vol. 4. New York: Russell and Russell, 1958.

Hastings, James. Encyclopedia of Religion and Ethics, Vol. 1. New York: Charles Scribner's Son, 1955.

Hoekema, Anthony. The Four Major Cults. Grand Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1963.

Martin, Walter R. The Kingdom of Cults. Minneapolis: Bethany Fellowship, Inc. 1965.

Schaff, Philip. History of the Christian Church, Vol. 3. Gran Rapids: Wm. B. Eerdman Publishing Company, 1971.

Schaff-Herzog. Encyclopedia of Religious Knowledge, Vol. 1. New York: Funk and Wagnalls Company, 1908.

 


Anotaciones al Pie 

1 Gospel Anchor, Vol. 4, Pág. 59-62, Brooks Cochran.

2 La Trinidad, Hilario de Poitiers, Págs. 153-154.

3 Los Testigos de Jehová, Walter Martin, Págs. 39,52,124-125.

4 Cristo Ayer y Hoy, Págs. 125,127.

 



[1]  La Modernidad viene a tener las siguientes directrices: 1) Confianza ilimitada en la razón; 2) Conciencia histórica: lo que supone una madurez actual, ya que antes estábamos dominados por la irracionalidad y el oscurantismo; 3) Utopía del progreso, lo que conlleva una liberación de las esclavitudes externas e internas; 4) Principio de inmanencia: se concibe el mundo como un lugar para la reafirmación y, por tanto, no apto para abrirse a la transcendencia, sino únicamente para encontrarse con uno mismo. Lo cual va a proclamar un idealismo donde se potencia la autonomía del yo; 5) Reivindicación de la libertad. Todo esto hace que se procese una evolución que va del deísmo(Dios crea el mundo pero no interviene en él) pasando por el ateísmo (un Dios superfluo que no fundamenta los valores morales y se puede prescindir de él) para llegar a la secularización (hay que vivir como si Dios no existiera).

 

[2] Entender este principio en el sentido de que todo efecto ha de tener una causa distinta realmente de sí mismo: nadie puede causarse a sí mismo. Esto sería contradictorio. pues debería ser y no ser a la vez. El Ser exis­tente por sí mismo no es contradictorio. Este Ser no es efecto, siempre existe y existe necesariamente. No tiene el ser después del no-ser, sino siempre y necesariamente.