Tema
4:
ATRIBUTOS DE
DIOS |
Siguiendo en el terreno de analizar racionalmente
a Dios, vemos que la razón humana
no solamente puede descubrir la existencia de Dios, también una serie de
perfecciones en Él, derivadas de la esencia divina, a las que llamamos ATRIBUTOS DE
DIOS. En realidad no hay distinción
real entre estos atributos y la esencia divina, ni de los atributos entre
sí.
La Sagrada Escritura nos habla de la existencia de
un Dios invisible que se
manifiesta por sus obras:
·
Salmo 14 (13), 1 - Salmo 53 (52)
1-2: solamente los necios no
reconocen la existencia de Dios.
·
Heb 3, 4: Dios hizo todas las cosas
·
Rom 1, 19-20: Dios se manifiesta por medio de la creación.
Ahora bien, es claro que Dios es invisible, pues
solamente vemos de Él sus obras:
Dios es espíritu puro:
Dios es El que es.
Ex 3, 14 ("Y Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Así
respónderás a los hijos de Israel: YO SOY me envía a
vosotros").
¿Qué
son los Atributos de Dios?
Son las cualidades o perfecciones que descubrimos en Dios y constituyen
su esencia.
Todas las propiedades que a Dios atribuímos, son en Él una sola cosa; su
bondad es su omnipotencia, su omnipotencia es su sabiduría; su sabiduría es su
justicia, etc... Así los atributos de Dios y su perfección son una misma cosa,
es decir, no hay distinción real entre ellos, porque Dios es un ser simplicísimo (no hay composición de
partes en Él como la hay en los seres materiales), y es infinito (carece de límites), todo se
identifica en Él; pero por lo limitado de nuestro entendimiento, distinguimos
entre esencia o naturaleza y atributos para mejor
comprenderlos.
De los atributos podemos decir que son diferentes denominaciones de una
sola y simnplicísima esencia y perfección divina.
San Francisco de Sales dice que las obras de Dios
nos manifiestan esa perfección divina bajo diferentes aspectos. Lo mismo
acontece en un paisaje, que mirado de diferentes puntos de vista parece
diferente, aunque es el mismo siempre.
No debemos olvidar que Dios es absolutamente
perfecto porque posee todas las perfecciones posibles. ¿Cuáles son estas? Las
podemos clasificar en atributos positivos de Dios y atributos
negativos.
1.
DIOS ES INFINITAMENTE
SABIO
·
Salmo 104 (103), 24: Cuántas son tus obras... cuán
sabiamente ordenadas.
·
Salmo 147 (146), 5:
Su inteligencia es inenarrable.
·
Prov 15, 11: Están delante de Yahvé... los
corazones....
·
Rom 11, 33: ¡Oh
profundidad de la riqueza y de la sabiduría y de la ciencia de
Dios!
·
Hb 4, 13: No hay criatura que le esté
oculta.
·
I Jn 3, 20: Dios... conoce todas las
cosas.
Dios es omnisciente porque lo sabe todo: lo
pasado, lo presente y lo futuro, y hasta los más ocultos pensamientos. Yahvé es
sapientísimo y no se le ocultan a su vista las maldades (I Sam 2, 3). Él ve
todas las cosas antes de que sucedan (Dan 13, 42-43). Antes de que fueran
creadas todas las cosas ya las conocía Él, y lo mismo las conoce despúés de
acabadas (Eclo 23, 29).
El conocer de Dios es absolutamente actual,
exhaustivo e independiente de las cosas creadas, y a éstas las conoce en su propia divina esencia
por ser causa ejemplar y eficiente de todas las realmente existentes.
Dios supo que Adán y Eva habían comido la fruta prohibida (Gen 3, 9); que
Caín había matado a su hermano Abel (Gen 4, 9-10)... Cristo previó las
negaciones de Pedro, la destrucción de Jerusalén, .... Conoció los pensamientos
del fariseo Simón, el cual se escandalizaba porque el Señor recibía a sus pies a una
pecadora pública (Lc 7, 39-40).
Santa Teresa de Jesús dice que la divinidad es
como un espejo de inmensa grandeza y claridad, donde se refleja cuanto hacemos.
Y San Jerónimo que delante de Dios, lo futuro es como lo ya sucedido. Todo
amparado en el texto de Mt 6, 18: "Dios ve en lo
escondido".
2.
DIOS ES
OMNIPOTENTE
·
Gn 18, 14: ¿Hay algo imposible para
Yahvé?
·
Salmo 33 (32), 9: Él dijo y fue hecho; mandó y así
fue.
·
Salmo 135 (134), 6: Yahvé
hace cuanto quiere.....
·
Lc 1, 37: Nada es imposible para Dios.
Dios es todopoderoso. Puede hacer todo lo que
quiere, y esto sólo con quererlo. La creación del mundo de la nada es obra de su
voluntad. Él lo dijo y existió, lo mandó y las cosas fueron creadas (Salm 148,
5)
La creación nos habla delpoder infinito de Dios,
pues sólo Él puede hacer pasar las cosas del no ser al ser. Por eso decimos en
el Credo: "creo en Dios Padre Todopoderoso....".
Dios puede hacerlo todo, aun lo que a nosotros nos
parece imposible (con tal de que no sea contradictorio o absurdo), como
conservar a los tres jóvenes en el horno de Babilonia o librar a San Pedro de la
prisión....
Dios lo puede todo, pero no quiere todo lo que
puede, es decir, no quiere lo que implique pecado o contradiga a su infinita
perfección, por ejemplo, la mentira, el engaño, porque Él es infinitamente
perfecto y santo.
3.
DIOS ES INFINITAMENTE
SANTO
·
Is 6,3: Santo, santo, santo, Yahvé
Sebaot....
·
Dt 32, 4: .... Es fidelísimo y no hay en Él
iniquidad.
·
Prov 15, 9: Aborrece Yahvé el camino del
impío....
·
Salmo 5, 5-7: No se agrada del impío..... Odia a los obradores
de lamaldad.
·
I Pd 1, 15-16: Sed vosotros santos.....Santos habéis de ser
porque Yo soy santo.
Decimos que Dios es santo porque Él ama solamente el bien y aborrece todo
lo malo.
La santidad es carencia o ausencia de toda mancha de pecado. La pureza o
santidad de Dios es infinita.
Compararla con la de los ángeles o los santos es como comparar la luz del sol con la de
un cirio. Podemos leer Is 64, 6 (Toda nuestra santidad es, delante de Dios, como un paño
manchado). Por eso los ángeles en elcielo alaban la santidad de Dios (Is 6, 3).
El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios y por eso Dios quiere
que todos seamos también santos, exentos de toda mancha, para acercarnos a quien
no tiene alguna (Mt 5,
48).
4.
DIOS ES INFINITAMENTE BUENO Y MISERICORDIOSO
·
Salmo 86 (85),
15: Dios misericordioso y
clemente, magnánimo y de gran piedad.
·
Salmo 103 (102), 8:
Es Yahvé piadoso y benigno.....
clementísimo......
·
Salmo 119 (118), 156:
Muchas son tus
ternuras, Yahveh, por tus juicios, vivifícame.
·
Salmo 136 (135): Famoso canto
de acción de gracias reconociendo la bondad de Dios. ¡Dad gracias a
Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!
·
Salmo 145 (144), 15-17:
Los
ojos de todos fijos en ti, esperan que les des a su tiempo el alimento; abres la
mano tú y sacias a todo viviente a su placer. Yahveh es justo en todos sus
caminos, en todas sus obras amoroso.
·
Is 49, 15:
¿Acaso olvida una
mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque
ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.
·
Rom 8, 32: El que no perdonó ni
a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
con él graciosamente todas las cosas?
La Bondad que nosotros podemos tener es por participación de la de Dios, Él la tiene por esencia. Dios no es solo bueno, sino la bondad misma y el mismo amor. Por eso dijoJesucristo: Nadie es bueno, sino sólo Dios. (Mc 10, 18)
La bondad de Dios se diferencia de la del mismo sol. La pared solo tiene luz porque la recibe del sol, el cual no solo tiene luz, sino que es la misma fuente de la luz. Los seres creados solamente son buenos porque Dios les comunica su bondad. Dios es el supremo bien.
San Agustín afirma que nosostros existimos porque Dios es bueno. Y esto lo afirma el santo asmparándose en el amor de padre que Dios nos tiene. Mucho ama un padre a sus hijos,pero más nos ama a nosotros. Por eso fácilmente podemos decir que el amor que Dios tiene a sus criaturas equivale a desearles todo bien y hacerles beneficios.
¿Cuáles son estos beneficios? Pues son grandes e inumerables. En el orden natural: la existencia, la conservación de la vida, la salud, los bienes de la tierra..... En el orden sobrenatural: los dones de la gracia... y al final de nuestros días, la bienaventuranza que nos tiene preparada.
San Francisco de Sales decía: la fuente del amor de Dios está siempre inexhausta, y nomengua aunque saquen de ella millones de hombres.
Al ver que Dios
es tan bueno con nosotros nuestro deber es agradecer,corresponder a
su gran amor. Amándole sobre todas las cosas, y debemos
amarle,noprecisamente porque tiene un mandamiento que nos dice: Amarás al
Señor tu Dios con toda tu alma...., sino porque Él nos amó primero.
(I Jn 4, 19).
La religión cristiana se
resume en amar a Dios en sí mismo y amarle en el prójimo. En el amor al prójimo
entran amigos y... enemigos.
Tampoco debemos olvidar quye lamisericordia de Dios sobreabunda en
elperdón. (Cfr. Lc 6, 36-38: «Sed compasivos, como
vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no
seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida
buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos.
Porque con la medida con que midáis se os medirá.).
5.
DIOS ES INFINITAMENTE JUSTO
·
Salmo 7,
11-12: Dios, el escudo que
me cubre, el salvador de los de recto corazón; Dios, el juez justo, tardo a la
cólera, pero Dios amenazante en todo tiempo.
·
Salmo 11,
7: Que es justo Yahveh
y lo justo ama, los rectos contemplarán su rostro.
·
Salmo 119
( 118), 137: . ¡Justo eres tú,
Yahveh, y rectitud tus juicios!
·
Prov 16, 2:
Al hombre le parecen
puros todos sus caminos, pero Yahveh pondera los
espíritus.
·
I Cor 4, 4-5:
Cierto que mi
conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado. Mi juez es el
Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. El
iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de
los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le
corresponda.
·
Rom 12, 19:
No tomando la
justicia por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la Cólera, pues dice
la Escritura: Mía es la venganza: yo daré el pago merecido, dice el
Señor.
·
II Tim 4, 8:
Y
desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el
Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan
esperado con amor su Manifestación.
·
Ap 22, 12-15:
Que el injusto siga
cometiendo injusticias y el manchado siga manchándose; que el justo siga
practicando la justicia y el santo siga santificándose. Mira, vengo pronto y
traigo mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo. Yo soy el
Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. Dichosos los que
laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán por
las puertas en la Ciudad.¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los
asesinos, los idólatras, y todo el que ame y practique la
mentira!»
Dios es infinitamente justo porque premia las
buenas acciones y castiga toda culpa. La justicia de Dios no es otra que su
bondad. Dios castiga en esta vida solo para corregir al hombre que se empeña en
su situción de rebeldía y poecado ante Él, suma Bondad. De ese modo quiere Dios
que elhombre se dé cuenta de su situción,se corrija,cambie y sea feliz.
(Clemente de Alejandría).
El Concilio Vaticano I dice que “Dios es
infinito en toda perfección”. Si eso es así,tambiénloserá en su justicia.
Dios no se deja llevar por el favoritismo en cuanto al trato con
personas.
Como Dios es Creador y Señor del universo, por ser
el Hacerdir de todas las cosas,noexiste norma jurídica que esté por encima de
Él, antes bien, Dios es para Sí mismo la norma y la Ley. ( Santo Tomás de
Aquino, Suma Theol., I, 21, I ad .2).
“Premia a los buenos y castiga a
los malos”. Así es
Dios: premia aún las acciones más pequeñas (Cfr. Mc 9, 41:
Todo
aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os
aseguro que no perderá su recompensa.) Por eso Santa
Teresa de Jesús puede afirmar que Dios no deja sin premio ni una mirada que
levantemos hacia Él.
Y así como premia
toda acción buena por pequeña que sea, también castiga las malas ( Cfr. Mt 12,
36: Os digo que de toda
palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del
Juicio.).
Ahora bien, esta
actitud de Dios no nos debe hacer temerosos, pues Dios juzga según las
circunstancias, la intención y los talentos concedidos. Los hombres juzgamos por
las apariencias, pero Dios mira al corazón ( Cfr. I Sam 16. 7: Pero Yahveh dijo a Samuel: «No mires su
apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no
es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahveh
mira el corazón.»). De la misma manera podemos leer el pasaje en el que San
Marcos cuenta cómo la viuda pobre echó dos céntimos en el tesoro del templo y
eso le hizo tener más mérito delante de Dios que aquellos ricos que echaron
mucho más (Cfr. Mc 21: Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y
miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban
mucho. Llegó también una viuda
pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les
dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que
echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta,
en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía
para vivir).
De todas maneras nunca debemos olvidar Ecl 12, 13 donde el autor
sagrado escribe: “Basta de
palabras. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser
hombre cabal”. A Dios le
debemos temer porque es justo. Jesucristo nos avisa al decirnos: “Y no temáis
a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel
que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna”. (Mt 10,
28). Nunca ha de ser este temor
servil, sino filial (Cfr. Rom 8, 15: Pues no recibisteis un espíritu
de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de
hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!). Más que temer los
castigos de Dios, deberíamos temer los pecados que contra Él cometemos, pues
somos ¡sus hijos!.
San Gregorio Magno nos dice que el que sólo por temor del castigo obra el
bien, no ha dejado enteramente el pecado. Mas sólo el que ama a Dios, le profesa
un temor filial, pues la caridad
perfecta echa fuera el temor servil. Y tampoco podremos olvidar lo que nos dice
el Libro del Eclesiástico en su capítulo primero, donde se señala que es
principio de la Sabiduría temer al Señor, pues nos aleja del pecado; y este
temor es el que contuvo a Eleazar de comer carnes prohibidas por la Ley de Dios
: «Porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que muchos jóvenes
creyendo que Eleazar, a sus noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas,
también ellos por mi simulación y por mi apego a este breve resto de vida, se
desvíen por mi culpa y yo atraiga mancha y deshonra a mi vejez. Pues aunque me
libre al presente del castigo de los hombres, sin embargo ni vivo ni muerto
podré escapar de las manos del Todopoderoso. Por eso, al abandonar ahora
valientemente la vida, me mostraré digno de mi ancianidad, dejando a los jóvenes
un ejemplo noble al morir generosamente con ánimo y nobleza por las leyes
venerables y santas.» Habiendo dicho esto, se fue enseguida al suplicio del
apaleamiento.( II Mc 6, 24- 28). También debemos recordar que el
temor de Dios es un don del Espíritu Santo ( Cfr. Jer 32, 40: Les
pactaré alianza eterna - que no revocaré después de ellos - de hacerles bien, y
pondré mi temor en sus corazones, de modo que no se aparten de junto a
mí).
ATRIBUTOS
NEGATIVOS
Excluyen de Dios toda imperfección.
1.
DIOS ES
PERFECTO E INMENSO
·
Salmo
145
(144), 3: Grande es
Yahveh y muy digno de alabanza, insondable su
grandeza.
·
Salmo 139
(138), 7-12:
¿A dónde iré
yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir? Si hasta los cielos
subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras. Si tomo las
alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, también allí tu mano me conduce, tu
diestra me aprehende. Aunque diga: «¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche
sea en torno a mí un ceñidor, ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la
noche es luminosa como el día.
·
Prov. 15, 3:
En todo
lugar, los ojos de Yahveh, observando a los malos y a los
buenos.
Dios es inmenso, está en todo lugar y donde haya cosas, pues todas las hizo con sabiduría y bondad. Él está por encima de toda medida espacial. No está sujeto al espacio. El mundo no puede contenerlo. Todo esto quedó proclamado en el IV Concilio de Letrán (1215-1216) y en el Concilio Vaticano I (1879).
Allí se declaró que Dios está en todas partes:
1) POR ESENCIA: dando el ser y la vida a todas las cosas, pues en Él vivimos, nos movemos y existimos (Hc 17, 28).
2) POR POTENCIA: porque todo está sujeto a su imperio y lo conserva.
3) POR PRESENCIA: en cuanto penetra y llena todo lugar, quedando todo patente ante su vista, aún los pensamientos más ocultos de los hombres, pues todas las cosas están desnudas y patentes a sus ojos (Cfr. Hb 4, 13)
Ahora bien, debemos tener presente que Dios no se mezcla con las criaturas. Dios es Dios y las criaturas, criaturas. Es el Concilio Vaticano I el que más claramente nos informa de esto: “enteramente distinto del mundo”. No tiene límites, no está cincunscrito por ningún lugar . (I Re 8, 27: ¿Es que verdaderamente habitará Dios con los hombres sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo te he construido!) Y es que, como decía Orígenes, el infinito no puede ser contenido por un lugar finito o mensurable. Dios no tiene extensión local y está en cada lugar, es decir no está esparcido por todos los ámbitos del universo.
Dios está en todas partes y todo en cada una. Todo en la tierra y todo en el cielo. Podríamos compararlo con el alma humana. No hay parte del cuerpo humano en que no se halle el alma, pero no al estilo del cuerpo, sino al estilo de una sustancia espiritual que no es divisible, sino simple. Por eso el alma está en todas y cada una de las partes del cuerpo. De ese modo, Dios. Ahora bien, debemos distinguir unos tipos de presencia divina: en el cielo, donde se deja contemplar; en la Eucaristía, donde está Dios-Hombre bajo las especies de pan y vino; en las almas de los justos, donde habita el Espíritu Santo por medio de la gracia.
Eso supone para nosotros que si mantenemos la presencia de Dios, no pecaremos (Gn 17, 1: Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció Yahveh y le dijo: «Yo soy El Sadday, anda en mi presencia y sé perfecto).
2.
DIOS ES
ETERNO
·
Gn 21, 33:
Abraham
plantó un tamarisco en Beršeba en invocó allí el nombre de Yahveh, Dios eterno.
Abraham
estuvo residiendo en el país de los filisteos muchos años.
·
Is 41, 4:
¿Quién lo
realizó y lo hizo? El
que llama a las generaciones desde el principio: yo, Yahveh, el primero, y con
los últimos yo mismo.
·
Salmo 90, 2: Antes que los
montes fuesen engendrados, antes que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta
siempre tú eres Dios.
·
Ap
1, 8: Yo soy el
Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, «Aquel que es, que era y que va a venir»,
el Todopoderoso.
Dios posee el ser divino sin
principio ni fin, ni sucesión alguna, en un ahora permanente y divino. No está
sujeto al tiempo. Esta es la doctrina de la Iglesia promulgada en el IV Concilio
de Letrán y declarada en el Símbolo Quicumque[1].
El mundo y los hombres antes no existían. Sólo existía Dios y Él es el que
siempre ha existido y existirá. No tiene principio ni fin. Es el ser eterno, supremo y creador de todo cuanto
existe.
En Dios no hay sucesión de
acontecimientos. No
hay pasado, como afirma San Agustín, sino un continuo presente. Él creó el
tiempo con las cosas, mas para Él no hay tiempo alguno. Un día es para Dios como
mil años, y mil años como todo un día (II Pd 3, 8: Mas una cosa
no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil
años, como un día.).
Por eso
podemos afirmar que Dios vive en la eternidad, que es duración sin principio ni
fin.
3.
DIOS ES
INMUTABLE
·
Sal
102, 26-28: Desde
antiguo, fundaste tú la tierra, y los cielos son la obra de tus manos; ellos
perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan, como un vestido
los mudas tú, y se mudan. Pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus
años.
·
Mal. 3, 6:
Que yo,
Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca
·
Eclo 42, 21: Las grandezas
de su sabiduría las puso en orden, porque él es antes de la eternidad y por la
eternidad; nada le ha sido añadido ni quitado, y de ningún consejero necesita.
·
Sant 1, 17: toda dádiva
buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en
quien no hay cambio ni sombra de rotación.
Ser inmutable es ser siempre el mismo, sin experimentar ningún tipo de cambio o mutación . Dios es inmutable porque permanece eternamente el mismo sin mudarse jamás en su ser y en sus juicios. Él no envejece ni cambia ni varía, pues en Él no hay mudanza.
¿Por qué es importante para
nosotros darnos cuenta de la inmutabilidad divina? ¿Por qué es importante convencernos de que Dios no
cambia? ¿Qué significado tiene el poema de Santa Teresa sobre la paciencia:
“Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le
falta”?
Dios es siempre el mismo, es como
una verdad científica: nunca puede variar. Dos y dos siempre serán cuatro. Así
Dios en sus designios y decisiones. Nunca cambia.
Pero qué pasa si leemos Gn 6,
6 (le pesó a
Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indignó en su corazón).
Dios se
arrepintió de haber creado al hombre. Parece que en Dios hubo un cambio.
Dios siempre ama la
virtud y siempre detesta el pecado. Cuando perdona y ama al pecador arrepentido, es el
pecador el que cambia, no Dios.
Por eso, cuando la Biblia dice,
por ejemplo, que Dios se arrepintió de haber creado a los seres humanos, o
cuando habla de la ira divina, son términos que el escritor sagrado usa en forma
figurativa, pudiéramos decir “humanizada”, que no deben tomarse en forma
literal. Son
antropomorfismos.
Los designios de Dios son
estables. Si Dios hace un
milagro, no es que está cambiando sus planes, sino que El desde siempre dispuso
las leyes de la naturaleza y desde siempre previó las excepciones que El mismo
haría.
Dios es el mismo en el Antiguo
Testamento, en el Nuevo Testamento y en la actualidad. ¡No nos confundamos! El Dios del Antiguo Testamento no es
un Dios “castigador”, como suele escucharse en algunos corrillos cristianos –o
de parte de algunos de nosotros- al compararlo con Jesucristo Dios en el Nuevo
Testamento.
Si, como dice San Juan, “Dios
es Amor”, y Dios no cambia, Dios desde siempre ha sido Amor, es Amor y
seguirá siendo Amor para siempre.
En efecto, nos dice el Catecismo
(cf. #218) que el pueblo del
Antiguo Testamento pudo descubrir que la razón que Dios tuvo para revelársele y
para escogerlo como Su Pueblo, fue precisamente su Amor Infinito e Inmutable,
apreciación que recoge la Biblia muy claramente:
“Te ha elegido por
el
amor
que te tiene y para cumplir el juramento hecho a tus padres” (Dt. 7, 8) …
“porque amaba a tus padres” (Dt. 4, 37) … “sólo
con tus padres estableció Yahvé lazos de
amor” (Dt. 10,
15).
Y si estos enunciados de amor del
libro del Deuteronomio fueran insuficientes para convencernos que Dios es
Amor siempre, ¿qué decir de la clemencia y la misericordia de Yavé, Quien
no cesó de salvar al Pueblo de Israel, a pesar de sus repetidas infidelidades y
reclamos?
Y ¿qué decir de las declaraciones
de amor que Dios, como Esposo fidelísimo, hace a su Esposa infiel, a su Pueblo
–prefiguración de su Iglesia- a través de uno de sus Profetas? “Por eso ahora la voy a conquistar, la llevaré
al desierto y allí le hablaré a su corazón …
Y allí ella me responderá como
cuando era joven. Aquel día, dice Yahvé, ya no me llamarás más ‘Señor mío’, sino
que me dirás ‘Esposo mío’ … Yo te desposaré para siempre. Justicia y rectitud
nos unirán, junto con el amor y la ternura. Yo te desposaré con mutua
fidelidad, y conocerán Quién es Yahvé” (Os. 2,
16…23).
Entonces … ¿Quién es Yahvé?
El mismo Dios de ayer, de hoy y de
siempre, el Dios que es Amor –y que es todo lo demás que es, con todos sus
atributos- y que es así, tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento, como
hoy y como siempre, para toda la eternidad. “Dios no se muda”, dice bien Santa Teresa de Jesús.
Dios es siempre el
mismo. En eso consiste la
Inmutabilidad de Dios.
ANEXO Credo
"Quicumque" o "de San Atanasio"
. | |
El
Credo llamado de San Atanasio, también conocido como Quicumque
(quienquiera)
se recitaba antes en el Oficio Divino de los domingos. La Iglesia
Anglicana y otras iglesias protestantes lo aceptan como válido. Por mucho
tiempo se ha creído que su autor fue San Atanasio (295-373), obispo de la
iglesia de Alejandría en Egipto. Sin embargo, no es probable que lo fuese
porque las iglesias orientales comenzaron a conocer este Credo hasta en el
siglo XII. Actualmente se considera más probable que fuese compuesto al
sur de la actual Francia durante el siglo V. La copia más antigua que se
conoce pertenece a una colección de homilías hecha por San Cesáreo de
Arles (503-542). | |
Quicumque
vult salvus esse, ante omnia opus est, ut teneat catholicam
fidem: |
Quienquiera
desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: |
Quam
nisi quisque integram inviolatamque servaverit, absque dubio in aeternam
peribit. |
quien
no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá
eternamente. |
Fides
autem catholica haec est: ut unum Deum in Trinitate, et Trinitatem in
unitate veneremur. |
Esta
es la Fe Católica: que veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad
en unidad. |
Neque
confundentes personas, neque substantiam seperantes. |
Ni
confundimos las personas, ni separamos las substancias. |
Alia
est enim persona Patris alia Filii, alia Spiritus Sancti: |
Porque
otra es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu
Santo: |
Sed
Patris, et Fili, et Spiritus Sancti una est divinitas, aequalis gloria,
coeterna maiestas. |
Pero
la divinidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su
gloria, es coeterna su majestad. |
Qualis
Pater, talis Filius, talis Spiritus Sanctus. |
Como
el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo. |
Increatus
Pater, increatus Filius, increatus Spiritus Sanctus. |
Increado
el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. |
Immensus
Pater, immensus Filius, immensus Spiritus Sanctus. |
Inmenso
el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. |
Aeternus
Pater, aeternus Filius, aeternus Spiritus Sanctus. |
Eterno
el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. |
Et
tamen non tres aeterni, sed unus aeternus. |
Y,
sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno. |
Sicut non
tres increati, nec tres immensi, sed unus increatus, et unus
immensus. |
Como
no son tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno
inmenso. |
Similiter
omnipotens Pater, omnipotens Filius, omnipotens Spiritus
Sanctus. |
Igualmente
omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu
Santo. |
Et
tamen non tres omnipotentes, sed unus omnipotens. |
Y,
sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno
omnipotente. |
Ita
Deus Pater, Deus Filius, Deus Spiritus Sanctus. |
Como
es Dios el Padre, es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu
Santo. |
Et
tamen non tres dii, sed unus est Deus. |
Y,
sin embargo, no tres dioses, sino un Dios. |
Ita
Dominus Pater, Dominus Filius, Dominus Spiritus Sanctus. |
Como
es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu
Santo. |
Et
tamen non tres Domini, sed unus est Dominus. |
Y,
sin embargo, no tres señores sino un Señor. |
Quia,
sicut singillatim unamquamque personam Deum ac Dominum confiteri
christiana veritate compelimur: ita tres Deos aut Dominos dicere catholica
religione prohibemur. |
Porque,
así como la verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las
personas es, singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos
prohibe decir que son tres Dioses o Señores. |
Pater
a nullo est factus: nec creatus, nec genitus. |
Al
Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró. |
Filius
a Patre solo est: non factus, nec creatus, sed genitus. |
El
Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino
engendrado. |
Spiritus
Sanctus a Patre et Filio: non factus, nec creatus, nec genitus, sed
procedens. |
El
Espíritu Santo es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni
engendrado, sino procedente de ellos. |
Unus
ergo Pater, non tres Patres: unus Filius, non tres Filii: unus Spiritus
Sanctus, non tres Spiritus Sancti. |
Por
tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos. |
Et in hac
Trinitate nihil prius aut posterius, nihil maius aut minus: sed totae tres
personae coaeternae sibi sunt et coaequales. |
Y
en esta Trinidad nada es primero o posterior, nada mayor o menor: sino
todas la tres personas son coeternas y coiguales las unas para con las
otras. |
Ita
ut per omnia, sicut iam supra dictum est, et unitas in Trinitate, et
Trinitas in unitate veneranda sit. |
Así,
para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad sea venerada
por todo, como se dijo antes. |
Qui
vult ergo salvus esse, ita de Trinitate sentiat. |
Quien
quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad. |
Sed
necessarium est ad aeternam salutem, ut incarnationem quoque Domini nostri
Iesu Christi fideliter credat. |
Pero,
para la salud eterna, es necesario creer fielmente también en la
encarnación de nuestro Señor Jesucristo. |
Est
ergo fides recta ut credamus et confiteamur, quia Dominus noster Iesus
Christus, Dei Filius, Deus et homo est. |
Es
pues fe recta que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo , Hijo
de Dios, es Dios y hombre. |
Deus
est ex substantia Patris ante saecula genitus: et homo est ex substantia
matris in saeculo natus. |
Es
Dios de la substancia del Padre, engendrado antes de los siglos, y es
hombre de la substancia de la madre, nacido en el tiempo. |
Perfectus
Deus, perfectus homo: ex anima rationali et humana carne
subsistens. |
Dios
perfecto, hombre perfecto: con alma racional y carne humana. |
Aequalis
Patri secundum divinitatem: minor Patre secundum humanitatem. |
Igual
al Padre, según la divinidad; menor que el Padre, según la
humanidad. |
Qui licet
Deus sit et homo, non duo tamen, sed unus est Christus. |
Aunque
Dios y hombre, Cristo no es dos, sino uno. |
Unus
autem non conversione divinitatis in carnem, sed assumptione humanitatis
in Deum. |
Uno,
no por conversión de la divinidad en carne, sino porque la humanidad fue
asumida por Dios. |
Unus
omnino, non confusione substantiae, sed unitate personae. |
Completamente
uno, no por mezcla de las substancias, sino por unidad de la
persona. |
Nam
sicut anima rationalis et caro unus est homo: ita Deus et homo unus est
Christus. |
Porque,
como el alma racional y la carne son un hombre, así Dios y hombre son un
Cristo. |
Qui
passus est pro salute nostra: descendit ad inferos: tertia die resurrexit
a mortuis. |
Que
padeció por nuestra salud: descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos. |
Ascendit
ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis: inde venturus est
iudicare vivos et mortuos. |
Ascendió
a los cielos, está sentado a la derecha de Dios Padre omnipotente; de allí
vendrá a juzgar a vivos y muertos. |
Ad cuius
adventum omnes homines resurgere habent cum corporibus suis: et reddituri
sunt de factis propriis rationem. |
A
su venida, todos los hombres tendrán que resucitar con sus propios
cuerpos, y tendrán que dar cuenta de sus propios actos. |
Et
qui bona egerunt, ibunt in vitam aeternam: qui vero mala, in ignem
aeternum. |
Los
que actuaron bien irán a la vida eterna; los que mal, al fuego
eterno. |
Haec est
fides catholica, quam nisi quisque fideliter firmiterque crediderit,
salvus esse non poterit. Amen. |
Esta
es la fe católica, quien no la crea fiel y firmemente, no podrá salvarse.
Amén. |