Este fue el Pregón de presentación de la proclamación de los premios del XXXVI concurso de belenes de la Unión Seglar de San Antonio Mª Claret de Barcelona el día 27 de enero de 2008. |
Manuel María Domenech Izquierdo |
"Veneremos a María, porque ésta es la voluntad de aquel Señor que quiso que todo lo recibiéramos por María". (San Bernardo, Sermón del Acueducto)
Toda la mariología está documentada en la obra "La Virgen María, teología y espiritualidad marianas", del P. Antonio Royo Marín, BAC 278.
Santo Tomás cita a San Anselmo al explicar que el primer ángel que pecó fue el más perfecto porque, precisamente por eso, cayó por soberbia.
San Agustín dice que las aguas del génesis representan la materia prima.
Materia viene de "mater", madre.
Los materialistas, al olvidar la filosofía perenne, no tienen ni idea de lo que es la materia prima. Aristóteles
dice que la materia desea la forma como la hembra al macho, y que por el deseo
material las partes ocupan sus lugares, "como si las partes de la nave fueran a
ocupar su lugar por sí mismas". Cuando, con la física cuántica, se ha empezado a
mirar la materia sin prejuicios, se han descubierto en el estado sólido los
fenómenos que han permitido la explosión de las tecnologías de la información, la
computación y las comunicaciones. (Estructuras de 4 ensuciadas con otras de 3 o
de 5 que no encajan con ella, provocan estados que permiten conmutaciones,
amplificaciones, controles, etc.).
También San Agustín dice que es maravilloso que en el exordio del Génesis se encarezca la Trinidad (La Ciudad de Dios XI,32).
Y también que acerca del misterio de la Santísima Trinidad no hay otro tema en
el que "sea más laboriosa la investigación, mas peligroso el error, ni más
fructuoso el hallazgo".
Yo diría que después de éste, el siguiente es: ¿María es Madre porque es
Corredentora, o es Corredentora porque es Madre?.
Hay cuestiones que sólo con empezar a considerarlas, le suben a uno por encima
de todo lo que antes sabía.
Cierta vez un pobre protestante me recriminaba que yo pusiera a la Virgen entre Cristo y yo, y me decía que rezaría por mí. A él le contesté que cómo se atrevía a ponerse él entre Cristo y yo, pero me di cuenta de que la Santísima Virgen rezaba por mí y que vivió toda su vida el espíritu del Apostolado de la Oración, como arquetipo de todo lo que podamos hacer nosotros, unos por otros, en ese sentido.
No es de extrañar que la Santísima Virgen en todas sus apariciones insista en la oración y la penitencia. Es lo que estuvo haciendo toda su vida y ahora continúa en cuerpo y alma orando por nosotros.
San Pío X en la "Ad diem illud" dice que "la Virgen no concibió sólo al Hijo de Dios para que, recibiendo de Ella naturaleza humana se hiciese hombre, sino también para que, mediante esta naturaleza recibida de Ella, fuese el Salvador de los hombres. Lo cual explica las palabras de los ángeles a los pastores: "Hoy os ha nacido un Salvador, que es Cristo Señor" (Lc 2,11). También, pues, en el casto seno de la Virgen, donde Jesús tomó carne mortal, adquirió un cuerpo espiritual, formado por todos aquellos que debían creer en Él".
Hoy mereceríamos oír: hipócritas, sabéis encontrar dónde está un teléfono móvil haciendo cosquillas al universo y no sabéis "mirar la roca do fuisteis excavados".
Que la Bienaventurada Virgen María constate al evangelista que a San José le fue dicho que llamara Jesús a su Hijo "porque salvaría al pueblo de los pecados", implica que el Padre Mesiánico de Cristo respalda la Mediación Materna de María durante toda su vida y eternidad.
"Yerran profundamente los que ven en las palabras de Jesús en la cruz el fundamento único de la maternidad espiritual de María sobre el género humano". (De la obra del P. Royo Marín citada al principio, pag. 128). "Se trataría de una maternidad metafórica o adoptiva".
El "Mujer, he aquí a tu hijo" es como lo dicho a una mujer a la que se le muestra el niño después del parto. Resuena en el Calvario junto con el "consumatum est".
El ser Madre del Redentor la hace corredentora y el ser corredentora la hace Madre de la Iglesia.
Al ser reparada la creación con gracia capital y maternal, lo femenino ha sido elevado al orden hipostático.
La misma gracia capital se hace maternal al mediar María. Por eso hubo agua al principio y se nos bautiza con agua.
Marie n'est-elle pas la Mère de Dieu ? Elle est donc aussi notre Mère. Car un principe à poser, c'est que Jésus, Verbe fait chair, est en même temps le Sauveur du genre humain. Or, en temps que Dieu-Homme, il a un corps comme les autres hommes; en tant que Rédempteur de notre race, un corps spirituel, ou, comme on dit, mystique, qui n'est autre que la société des chrétiens liés à lui par la foi. "Nombreux comme nous sommes, nous faisons un seul corps en Jésus-Christ" (Rom. XII, 5). Or, la Vierge n'a pas seulement conçu le Fils de Dieu afin que, recevant d'elle la nature humaine, il devint homme; mais afin qu'il devint encore, moyennant cette nature reçue d'elle, le Sauveur des hommes. Ce qui explique la parole des anges aux bergers: "Un Sauveur vous est né, qui est le Christ, le Seigneur" (Luc. II, 11). Aussi, dans le chaste sein de la Vierge, où Jésus a pris une chair mortelle, là même il s'est adjoint un corps spirituel formé de tous ceux qui devaient croire en lui: et l'on peut dire que, tenant Jésus dans son sein, Marie y portait encore tous ceux dont la vie du Sauveur renfermait la vie. Nous tous donc, qui, unis au Christ, sommes, comme parle l'Apôtre, "les membres de son corps issus de sa chair et de ses os" (Ephes. V, 30), nous devons nous dire originaires du sein de la Vierge, d'où nous sortîmes un jour à l'instar d'un corps attaché à sa tête. C'est pour cela que nous sommes appelés, en un sens spirituel, à la vérité, et tout mystique, les fils de Marie, et qu'elle est, de son côté, notre Mère à tous. "Mère selon l'esprit, Mère véritable néanmoins des membres de Jésus-Christ, que nous sommes nous-mêmes" (S. AUG., L. de S. Virginitate, c. VI).
Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, 61
Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo en el templo al Padre, padeciendo con su Hijo mientras El moría en la Cruz, cooperó en forma del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la encendida caridad en la restauración de la vida sobrenatural de las almas. Por tal motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia.
Credo del Pueblo de Dios (Paulo VI)
Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia [14], continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo, por el que contribuye para engendrar y aumentar la vida divina en cada una de las almas de los hombres redimidos.
Signum Magnum Ext. Apost. Paulo VI
Dopo di aver partecipato al sacrificio redentivo del Figlio, ed in modo così intimo da meritare di essere da lui proclamata madre non solo del discepolo Giovanni, ma - sia consentito l'affermarlo - del genere umano da lui in qualche modo rappresentato (21), Ella continua adesso dal cielo a compiere la sua funzione materna di cooperatrice alla nascita e allo sviluppo della vita divina nelle singole anime degli uomini redenti. E questa una consolantissima verità, che per libero beneplacito del sapientissimo Iddio fa parte integrante del mistero dell'umana salvezza; essa, perciò, dev'essere ritenuta per fede da tutti i cristiani.
Joseph Ratzinger, "Jesús de Nazaret" Pags. 283 y 285.
"El agua aparece como verdadero elemento creador, también como símbolo de la
fertilidad, de la maternidad".
(Pag. 283).
"El bautismo como ingreso en la comunidad de Cristo es interpretado como un renacer que -en
analogía con el nacimiento natural a partir de la inseminación masculina y la concepción
femenina- responde a un doble principio: el Espíritu divino y el agua como
madre universal de la vida natural, elevada a sacramento mediante la gracia a
imagen gemela de la Theotokos virginal". (Photina Rech, vol2, p.303).
(Pag. 285.).
Ad caeli Reginam Encíclica Pio XII
"Sentada (María Reina) a la diestra de su unigénito Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor,
[y] con sus maternas súplicas obtiene cuanto pide, y su voz será siempre escuchada".
Documentos Marianos B.A.C. nº 128 pag. 805.
Salmo 86.3 "Glorias se dicen de ti, ciudad de Dios: Pausa. 4 «Yo cuento a Ráhab y Babel entre los que me conocen. Tiro, Filistea y Etiopía, fulano nació allí.» 5 Pero de Sión se ha de decir: «Todos han nacido en ella», y quien la funda es el propio Altísimo. 6 Yahveh a los pueblos inscribe en el registro: «Fulano nació allí», Pausa. 7 y los príncipes, lo mismo que los hijos, todos ponen su mansión en ti". |
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