A los pentecostales y carismáticos todavía les falta el toque femenino del Rocío
Lo teológico y lo carismático se armonizan en el Rocío |
"En su inenarrable producción real, Jesús fue el fruto del cielo y de la tierra. Isaías lo vaticinó en sus palabras, que encierran toda la poesía de un deseo secular y de una esperanza única, y que la Iglesia repite amorosamente durante todo el Adviento:
Rorate caeli, desuper,
et nubes pluant Justum; aperiatur terra et germinent Salvatorem. |
¡ Rociad cielos, desde la altura,
y que de las nubes llueva el Justo; ábrase la tierra, y germine al Salvador !. (Is. 45,8) |
El Espíritu Santo trajo a María la divina fecundidad del Padre, y aquella tierra
virginal produjo de manera inefable el Germen divino, como lo llamaron los
profetas, al dulcísimo Salvador".
(Mr. Luis Mª Martínez, "El Espíritu Santo").
26 de septiembre, San Gedeón: de la tribu de Manasés, juez en Israel (Jc, 6, 37), que recibió del Señor el signo del rocío, que descendía a un vellón de lana, como fortaleza de Dios, librando al pueblo de Israel de sus enemigos, después de destruir el altar de Baal.
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