"Nadie es profeta en su tierra", pero hoy día, cuando los tuyos no aprecian lo que les propones, se puede, casi gratis, proponer a todo el mundo.
Con gran gozo y esperanza, recientemente he estado exponiendo esta historia a una de esas personas que siempre te dicen "sí, pero no", viciadas por la dialéctica moderna, y como siempre no quedó convencida.
Quedé entristecido una vez más, pero precisamente ahora, por fín, he tenido la alegría de caer en la cuenta de que la verdad y bondad de lo que dices no depende de la aceptación que tenga, y animado por eso, lo propongo aquí.
En fin, esta es la historia: se da el caso que mi infancia y adolescencia, transcurrió junto a un amigo que tomó por maestro a uno de los dos profesores excepcionales que profundizaron el "entendimiento agente" de Aristóteles, creando escuela.
Mi amigo, Eugenio Trias Sagnier, según he leído en un artículo suyo de ABC, tomó por maestro a Leonardo Polo que lo llevó a Alemania y allí se perdió, al no poder sobreponerse a la antropología humana contemporánea. Yo, con una eficacia inefable de la Gracia, tomé por maestro a Francisco Canals Vidal, que bebió la espiritualidad del Apostolado de la Oración, bajo la tutela del P. Ramón Orlandis Despuig y ahora doy gracias a Dios de tener lo que debo al Dr. Canals.
Francisco Canals, aconsejado por el P. Ramón Orlandis Despuig, se consagró a la devoción al Reinado Social del Sagrado Corazón de Jesús como la propagó el P. Enrique Ramiere, entendiendo a Santo Tomás de Aquino, en compañía de San Ignacio de Loyola, por el "Caminito de la Infancia Espiritual" de Santa Teresita del Niño Jesús.
Dedicó muchas tardes a la formación de jóvenes universitarios, cuando yo lo era, explicando los concilios de Nicea, Constantinopla, Efeso y Calcedonia, con su entorno histórico, político y social, haciendo énfasis en la doctrina sobre la Trinidad, la Encarnación, la Gracia y la Liturgia de la Eucaristía.
Nos explicaba las encíclicas de los últimos papas y nos preparaba para entender las obras de Santo Tomás.
Nos dio muchas clases resumienfo la obra de Arnold Toynbee "A Study of History", para preparar la Teología de la Historia.
Nota: Ahora, cada vez más, por acercarnos a los "últimos tiempos", hemos de mirar las investigaciones que descubren la existencia de templos anteriores a las civilizaciones; la época "post" necesita una panreligión.
De la misma manera que las "semina verbi" buscan en el meandro de la historia el hilillo de verdad que riega todas las religiones, hay, en todos los pueblos, un "recuerdo del Edén" que infecta todas las antirreligiones.
De momento voy recogiendo enlaces en el apartado "Arqueología" de mi página Enlaces sobre la Santa Sábana y otras reliquias
De Francisco Canals he aprendido todo esto:
La unidad según síntesis es armonía de contrarios sin "confusión ni división".
(Como formulaba el concilio de Calcedonia, siguiendo al Papa San Gelasio).
Esto se aplica a un sinnúmero de oposiciones:
Realmente si el pueblo cristiano está rezando AveMarías desde hace siglos, rogando como pecadores por nuestra Redención, para que medie con su "fiat maternal" en el Fiat del Mediador y tiene que ser Abogada en nuestro juicio final, al lado del Abogado que se nos Infundió en Pentecostés, no hace falta la definición de ningún dogma para eso y, puede ser perder el tiempo tontamente discutir la necesidad o conveniencia de esa dicha definición.
No la de Platón, como reclama Heisenberg para las ciencias físicas. "Ya Heisenberg había hablado de esto, pero parece que no se le hizo suficiente caso, Nos lo dijo en persona, nada menos que Werner Heisenberg en 1960, en la Academia de Bellas Artes de Baviera (Ver BAC n.370, "Más allá de la física", pág. 123): "El concepto de posibilidad que ha jugado un papel tan importante en la filosofía de Aristóteles, vuelve a ocupar un puesto central en la física moderna. Las leyes matemáticas de la teoría cuántica pueden concebirse como expresión cuantitativa del concepto aristotélico de dynamis o potencia".
San Ignacio se zafó de los libros de caballerías, que enardecían su quijotismo de letras, pero hay que considerar también el quijotismo de ciencias, que es el de la "ciencia ficción", o la "Fantaciencia", como la llamaba el P. Castellani, que también escribía en otro sitio, cuando no le hacían caso.
Ver "Reino de Cristo y mundo cristiano" de Francisco Canals.
Ver "La Salvación de la Historia" del P. Hernán Pereda. Sin Parusía no hay salvación.
Ver "El Reino de Cristo consumado en la tierra", de Juan Rovira Orlandis, en Librería Bamesiana.
La naturaleza humana es sociable. La Jerusalén Celestial es ciudad.
"La vida perdurable consiste, también, en la amable compañía de todos los bienaventurados, compañía sumamente agradable, ya que cada cual verá a los demás bienaventurados participar de sus mismos bienes. Todos, en efecto, amarán a los demás como a sí mismos, y, por esto, se alegrarán del bien de los demás como el suyo propio. Con lo cual, la alegría y el gozo de cada uno se verán aumentados con el gozo de todos".
(Santo Tomás de Aquino, Conferencia sobre el Credo: Opuscula theologica 2, Turm 1954, pp. 216-217).
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