San José

San José
Patrono de los Ingenieros Industriales

"Lo que esperaban los patriarcas, anunciaron los profetas, predicaron los apóstoles y testificaron los mártires, ocurrió en su casa".
Francisco Canals Vidal
 
"Él, en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas y a los profetas".
De los Sermones de san Bernardino de Siena, presbítero (Sermón 2, Sobre san José: Opera 7, 16. 27-30)

(Imagen del Santuario de San José de la Montaña en Barcelona)
San José en Plegarias Eucarísticas II, III y IV y en Misal Romano
Decreto de la Congregación para el Culto Divino
Papa Francisco, Carta Apostólica "Cordis Patre" 8 de diciembre 2020

Para participar de las promesas mesiánicas intrahistóricas hechas a Israel, que se cumplirán cuando se convierta, todos hemos de ser de alguna manera hijos de Abraham, lo cual nos viene por la "gracia paternal" de San José. Nuestra Madre de la Divina Gracia está desposada con un varón de la casa de David, hijo de Abraham.


La Virginidad de María y la Castidad de José, son una para la otra, para manifestar la pureza del misterio de la regeneración del Hombre Nuevo. (Homilía de Mn. Ángel E. Pérez el 5 de enero del 2016).


La Fe hace partícipe a San José de aquella paternidad por la que Dios es Padre Eterno de su Hijo Unigénito, de manera suficiente para que sea más padre de Jesús que los demás padres lo son de sus hijos por la simple naturaleza, sin mengua de su perfecta virginidad marital.


La elección de María como novia, por parte de San José de la estirpe de David, está subsumida en la elección de María, por parte del Gran Consejo, como madre del Hijo de Dios hecho hombre.


San José y la Virgen hablaban de lo del Benedictus.


"El silencio de José guardó la Palabra de Dios" (carmelitas de San José de Ávila).


Esponsalidad de la Mediación Materna

Si San Pío X en la "Ad diem illud" dice que "la Virgen no concibió sólo al Hijo de Dios para que, recibiendo de Ella naturaleza humana se hiciese hombre, sino también para que, mediante esta naturaleza recibida de Ella, fuese el Salvador de los hombres. Lo cual explica las palabras de los ángeles a los pastores: "Hoy os ha nacido un Salvador, que es Cristo Señor" (Lc 2,11). También, pues, en el casto seno de la Virgen, donde Jesús tomó carne mortal, adquirió un cuerpo espiritual, formado por todos aquellos que debían creer en Él", que la Bienaventurada Virgen María constatara al evangelista que a San José le fue dicho que llamara Jesús a su Hijo "porque salvaría al pueblo de los pecados", implica que el Padre Mesiánico de Cristo respalda la Mediación Materna de María durante toda su vida y eternidad. Hay una participación esponsal de San José en la Mediación Materna de María. Todos somos Sagrada Familia.


¿Quién dio la realeza a quién? José a Jesús, o Jesús a José.
La realeza de Cristo desciende de David hasta Cristo por José y asciende de Cristo hasta David por María.
Por eso hay dos genealogías: una sube y la otra baja.
La pregunta de María al ángel es para aclarar cómo heredará la realeza naciendo virginalmente.

Las dudas de San José

Las dudas de San José no se disipan cuando sabe que el Hijo de María es del Espíritu Santo, sino que por esto empiezan, y lo sabe porque conoce que la señal que Dios dará es que la Virgen concebirá, y es entonces cuando, como explica San Bernardo,* siente como el Centurión que dijo: Señor yo no soy digno de que entres en mi casa, y duda acerca de si se ha de marchar o no. Es después de esto cuando el ángel le dice en sueños: no temas recibir a María en tu casa porque el Hijo sea del Espíritu Santo, y obedece decidido.
*(ver 2o sermón sobre las excelencias de la Virgen Madre, no 14)


San José vio en su Virgen la señal del Altísimo, y se trajo a casa al Rey de su pueblo.
cfr. Isaías 7,14 / Mateo 1,24

Títulos de San José (Algunos como sugerencia)
Oración a San José que toda la Congregación religiosa de Santa Faustina recitaba diariamente

Acuérdate oh purísimo esposo de María y mi amadísimo guardián, San José, que jamás se ha oído decir que alguno de los que han implorado tu protección y pedido tu ayuda, ha sido dejado sin consuelo.

Animada con esta confianza, acudo a ti con todo el fervor de mi espíritu, me encomiendo a ti. No desprecies mi súplica, oh Padre Adoptivo del Salvador, antes bien, dígnate recibirla favorablemente y concedérmela. Amen.


Para alcanzar una santa devoción, trovadora y caballeresca, a la Bienaventurada Virgen María, hemos de consagrarnos a ella por medio del Glorioso Patriarca San José, tal como hacemos para consagrarnos al Divino Corazón de Jesús por medio del Corazón Inmaculado de María.


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