Los cielos giran para completar el número de los elegidos, explica Santo Tomás y San Agustín y San Bernardo dicen que los elegidos han de ocupar las sillas que dejaron vacías los ángeles caídos. Que han de llenar los recovecos de la pared de la Jerusalén Celestial.
San Anselmo enseñaba que el primer ángel que pecó fue el más perfecto.
La silla que dejó vacía quedó para ser ocupada por la elegida más agraciada: La Bienaventurada Virgen María.
Como enseña Santo Tomás, "en cualquier género, lo máximo, se convierte en causa de lo que pertenece a tal género", (S.Th.I,c2,a3,c). La "más agraciada" es Madre de todos los "agraciados" que forman la familia de los hijos de Dios.
Por eso pasa lo que pasa con eso de lo de la Mujer y el Dragón.
Coronada ya la Mujer en el cielo, para contemplar su coronación en la tierra, se podrían meditar, por ejemplo, estos misterios, siguiendo el Apokalipsis:
"El concilio Vaticano II nos enseña que María nos precede en el camino, en la peregrinación de la fe, de la esperanza y de la paz". (San Juan Pablo II, Angelus 23 de enero de 1994)
"Mientras tanto, la Madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en los cielos en cuerpo y en alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor" (cf. 2 P 3,10). ("Lumen gentium", 68).
San Bernardo, comentando "que los vírgenes siguen al Cordero a dondequiera que va (Apocalipsis) y que "Jesús les estaba sujeto" (San Lucas después de la pérdida y hallazgo en el templo), dice:
"Ella también va delante, y Él la sigue". (Sobre la excelencia de la Virgen Madre (I)). Es "Divina Pastora".
San Ignacio, en sus Ejercicios Espirituales da por evidente que la primera aparición de Jesucristo resucitado fue para su Madre.
"Observa cuán adecuadamente brilló por toda la tierra, ya antes de la asunción, el admirable nombre de María y se difundió por todas partes su ilustre fama, antes de que fuera ensalzada su majestad sobre los cielos".
(De las homilías de san Amadeo de Lausana, obispo, Homilía 7: SC 72, 188. 190.192. 200)
Bendita sea la hora en que la Bienaventurada Virgen María vino en carne mortal a Zaragoza
La Asunción a los cielos en cuerpo y alma la hace partícipe anticipada de la primera resurrección Apocaliptica
Las apariciones contemporáneas (...Lourdes, Fátima...) son pre-parusíacas: es la Reina del Reino de Cristo Rey.
La Reina de los ángeles los mandará a todos para tomar posesión de su reino en la tierra.
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